«Lo que no vamos a hacer es obligar a trabajar y a recibir el aprendizaje en unas condiciones que no son las adecuadas». El conseller de Educación, Vicent Marzà, se pone en situación ante la posibilidad de que la ola de calor que está sufriendo la provincia se reproduzca de nuevo en septiembre, como ya sucediera el curso pasado, a pesar de que esta vez se haya retrasado el inicio del curso hasta los días 10 y 11 para Primaria y Secundaria respectivamente.
Una ola de calor sería «más extraño» a partir del día 10, sostiene, aunque afirma por otra parte que en la actual administración «hay capacidad y dinamismo para adaptarse, si es que se da una situación similar». «Somos conscientes de lo que pasa en un aula porque venimos de las aula y sabemos cuáles son las condiciones lógicas para enseñar y cuáles no», insiste Marzà, maestro de Inglés en Primaria.
El titular de Educación no se muestra partidario de que a partir de septiembre, en su estreno como conseller en un inicio de curso, se reproduzcan imágenes como las de cientos de alumnos buscando la sombra en los patios después de que el profesorado entendiera que seguir en el aula con más de 30 grados era contraproducente. Dice ser consciente de que los centros «hicieron lo posible y lo imposible por adaptarse» al excesivo calor que soportaban los alumnos, y asegura que por su parte, desde la conselleria, «tendrán toda nuestra colaboración».
Recursos
Consciente asimismo de lo justo que anda el Consell en cuestión de financiación, Marzà puntualiza que las obras de mejora en los centros, entre otras cosas para acondicionarlos ante hipotéticas olas de calor, sea cuando sea que empiece el curso, no pueden surgir de la noche a la mañana. «Esta no será la legislatura de inaugurar obras, sino la de abrir aulas, de hablar de pedagogía y poner en valor las experiencias innovadoras. Se han acabado los experimentos con gaseosa -en clara referencia a los programas que fue introduciendo su predecesora, María José Català, siempre a título experimental-.
«Nos centraremos en la experiencias que eduquen y transformen la sociedad porque creemos que lo mas importante es lo que pasa dentro de las aulas, y evidentemente con una buenas condiciones para trabajar, pero con los recursos que disponemos. Nos centraremos en poner en valor la educación».
Marzà ha solicitado un informe pormenorizado sobre el estado actual de las infraestructuras educativas, con el propósito de actuar organizadamente en las que resulten más urgentes, «priorizando al 100%, así como con las que estén más avanzadas en el proceso para no retardar tampoco actuaciones que ya estén en marcha». Concluye el máximo responsable educativo con el alegato que lidera el presidente Puig por la financiación: «Nos gustaría poder disponer de más dinero, por lo que reclamaremos una financiación justa para prestar los servicios básicos que tenemos transferidos, ya no por reivindicación territorial sino por justicia».
