Los empresarios del sector de la hostelería denunciaron ayer ante el alcalde, Gabriel Echávarri, el supuesto bloqueo al que les somete el edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, en la concesión de veladores y terrazas en la ciudad, cuyos expedientes, muchos con el informe favorable de los técnicos, permanecen, según los hosteleros, en el cajón mientras avanza el verano.
Mientras, los vecinos del centro afectados por el «tardeo», aumentaron anteayer su presión hacia el Ayuntamiento y le reclamaron al alcalde que los establecimientos hosteleros del centro de Alicante cierren a las 23 horas en invierno y a las 24 horas en verano, y que pubs y discotecas no tengan posibilidad de instalar veladores. Además, exigen que se congelen las nuevas licencias para negocios de hostelería.
El primer edil, quien aseguró a los hosteleros no tener constancia del bloqueo, trató de calmar a los representantes de la Asociación Provincial de Hostelería y de la de los locales de restauración y ocio, integrada en la matriz, a la que pertenecen el cien por cien de los establecimientos del popular «tardeo», anunciando, de nuevo, que reforzará el operativo policial y de la limpieza.
Según los hosteleros, Urbanismo ha paralizado todos los expedientes de veladores y terrazas, incluso los que tienen los informes técnicos favorables. Se paran también los cambios de titularidad de las terrazas y algunos llevan hasta tres meses tramitándose. Los empresarios lamentan que se «esté acosando al sector de forma irracional», apuntó Lalo Díez, presidente de Alroa. El empresario volvió a pedir «una reunión con el concejal responsable al que ya se la pedimos antes de las elecciones y por Registro cuando asumió las competencias. Sólo queremos explicarle la situación porque por cómo se comporta parece que piense que todos los hosteleros somos Enrique Ortiz tomando el sol en su yate. Somos trabajadores y los primeros que respetamos a los vecinos».
Díez reiteró que «los hosteleros tampoco queremos ver broncas en la calle, batukadas o bandas de música que son las que realmente molestan a los vecinos y a los clientes de los establecimientos», aseveró el presidente de Alroa. «Soy el primero al que no le gustaría que debajo de la ventana de mi hijo haya una bronca de borrachos».
