La Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal) defiende los intereses de los empresarios del calzado de la Comunidad. Esta entidad representa a 220 asociados y a más de 400 marcas y es muy consciente de que las falsificaciones suponen una pérdida de ingresos muy grave para estas mercantiles.

Muchas marcas de calzado sólo se venden en zapaterías y establecimientos autorizados. Por eso, cuando determinados zapatos aparecen en mercadillos o tiendas de escasa calidad, salta la alarma. En ocasiones es la propia firma, alertada por sus clientes, la que inicia la investigación para obtener las pruebas necesarias y denunciar la ilegalidad. En otras, son las propias fuerzas de seguridad las que toman la iniciativa tras inspecciones o chivatazos. En Elche, por ejemplo, el pasado mes de febrero, en una única operación, se intervinieron 12.000 pares y se cuantificaron las pérdidas en no menos de 1,5 millones. En este sentido, Marián Cano, secretaria general de Avecal, subraya el desembolso que hacen las empresas en proteger sus marcas.

¿Hasta qué punto afecta la falsificación al sector calzado?

Entre las empresas, las de calzado están entre las líderes de registros en la OAMI, lo que da una idea de la importancia de los diseños y de lo que supone la innovación, es decir, una clara apuesta por proteger sus diseños e innovar en cada temporada.

¿Qué traducción tendría que se erradicara buena parte de las falsificaciones?

En una mejora de los resultados de las empresas que protegen su marcas y diseños. Esa inversión que realizan en esfuezo y recursos se vería compensado con un incremento de las ventas.

¿Y cómo se combate?

Nuestras empresas están vigilantes, aunque los falsificadores crean productos de determinadas marcas en zonas donde las firmas originales no están posicionadas.