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Enrique Montón

«En los años 70 se afirmaba que íbamos hacia una nueva glaciación»

Enrique Montón cuestiona que se esté produciendo un cambio climático. Para este investigador, el clima tiene ciclos y tendencias y así ha sido a lo largo de la historia. «En los años 70 se hablaba de que íbamos a una nueva glaciación»

Enrique Montón. informacion

No se recordaba tanto calor en julio desde 2003. ¿Puede guardar relación con las teorías que sostienen que estamos ante un calentamiento de la tierra?

Efectivamente, el verano ha empezado con fuerza con unas sensaciones que no se recordaban desde 2003, un año destacado en los registros del nuevo siglo con anomalías de temperatura globales de hasta 0,7º por encima de la media, y valores muy destacados por encima de los 40º en España, Portugal, Suiza o Alemania. Aquel año estaba vinculado a un fenómeno de El Niño como éste, a patrones de circulación atmosférica con un dominio de las altas presiones que favorecen la fuerte irradiación solar. Condiciones favorables para un fuerte aumento de las temperaturas. En aquel año ya se aventuró que se eso sería la norma de todos los veranos y una vez más, las predicciones no se cumplieron. Hemos tenido que esperar 12 años, todo un ciclo solar, para vivir algo parecido.

¿Estamos ante una señal del cambio climático, o calor como el de ahora ha habido siempre en diferentes épocas de la historia?

El clima son las condiciones atmosféricas promedio en un observatorio o región. Pero ese promedio está en constante cambio y obviamente ha habido períodos más cálidos como el Óptimo Climático Medieval que favoreció los viajes vikingos y extendió hacia el norte el cultivo de viñedos, y etapas más frías como la Pequeña Edad del Hielo, durante la cual se congelaba el Ebro o el Támesis, permitiendo instalar un circo con elefante incluido en pleno Londres sobre el cauce helado. Los años 70 del pasado siglo fueron fríos y la tendencia en aquel entonces del mundo científico era recopilar evidencias de que íbamos hacia una nueva glaciación. Desde 1998 prácticamente las temperaturas no han aumentado, dejando en serio entredicho las previsiones catastróficas de los modelos

¿Son normales estas sequías tan intensas que sufrimos en el Mediterráneo?

Por supuesto que son normales. La esencia del mal llamado clima mediterráneo es la sequía estival, una rareza a nivel mundial. Todos los climas del planeta diferencian una estación seca y una húmeda como el clima tropical, el monzónico o el continental reciben sus lluvias en verano. Nuestro clima es el único que reserva la sequía para el verano, merced a la llegada del anticiclón que impide la inestabilidad del aire. Bendición para los turistas. Infierno para la vegetación que ha de soportar las mayores temperaturas sin agua. A ello se añade que las regiones mediterráneas se hayan en plena zona de intercambio de masas de aire tropicales y polares, y por tanto sometidas a una fuerte variabilidad. Ha habido sequías más extremas y las habrá, lo mismo que lluvias torrenciales, que son la base del total de lluvias de nuestro clima.

Si el calor y las gotas frías no se entienden en un contexto de cambio climático ¿a qué puede deberse según su punto de vista?

Deben entenderse en un contexto de variación climática, aún más en esa zona de intercambio energético y de masas de aire en el que nos encontramos. El calor, el frío o las lluvias torrenciales, asociadas o no a una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) son parte de ese intercambio, y la biosfera sufre sus consecuencias. Tendremos variación de temperatura y de lluvias en el futuro, del mismo modo que la hemos tenido en el pasado. La hipótesis del cambio climático ha instalado la idea de que el clima está cambiando y antes no lo hacía. Eso es rotundamente falso. El clima tiene ciclos y tendencias, antes, hoy y siempre, del mismo modo que los tiene la radiación solar y la circulación atmosférica.

¿A qué puede deberse que cada vez llueva menos en la franja mediterránea?

Las tierras del sur exhiben una tendencia descendente frente al ascenso de las lluvias en áreas mediterráneas más al norte y, por tanto, más alejadas del centro anticiclónico. En cuanto a los flujos atmosféricos, nuestro territorio queda a sotavento, a espaldas de los vientos dominantes de las latitudes templadas que son vientos del oeste. Después de atravesar una península montañosa, esos vientos se secan y prácticamente llegan sin aportar precipitaciones.

¿Y de dónde nos vienen las lluvias en Alicante?

Las lluvias nos han de venir del mar Mediterráneo y si el movimiento de presiones nos trae menos vientos de Levante, las lluvias escasean. Esa es la parte meteorológica. La parte que olvidamos es la de una población creciente con una alta exigencia de agua, de modo que la sensación de sequía su puede incrementar más allá de que los totales varíen. Población, turismo, agricultura son grandes consumidores de agua en un territorio donde este recurso reslta escaso y además muy variable.

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