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A pie de calle

Huesos de cristal, voluntad de hierro

Una niña saharaui de diez años se recupera en una casa de acogida de Alicante tras ser operada de una fractura tras una caída en el campo de refugiados de Tinduf

Houda Sediki padece osteogénesis imperfecta y se fracturó la tibia. PILAR CORTÉS

Houda Sediki permanecerá los próximos meses en la casa de acogida de niños saharauis en Alicante de la asociación Dar Al Karama tras ser intervenida de una fractura de tibia en el Hospital de Getafe el pasado jueves. La rotura se produjo a mediados del mes de junio cuando la joven iba a buscar agua para su abuela en el campamento de refugiados de Tinduf, en pleno corazón del Sahara. «Al tener una pierna más larga se hunde más que la otra y, como llevaba los zapatos de mi madre, me caí», aduce Houda.

Su pícara sonrisa ya le es familiar a los voluntarios de la asociación alicantina. Llegó en 2013 cuando tenía 8 años y no podía andar por las múltiples fracturas que se dibujaban por todo su cuerpo. Tras múltiples operaciones para corregir la deformación de sus piernas, fruto de un mal soldado de las roturas, volvió al campo de refugiados tras dos años en Alicante. Llena de esperanzas, y con ganas de reencontrarse con sus seis hermanos, se marchó con destino a Tinduf a finales del mes de marzo. «Sus padres pensaban que su hija jamás podría andar y, cuando la vieron aparecer... fue el mejor regalo que puede tener una madre», explica Fuetma Aalí, su cuidadora en Alicante. Y es que, tal y como narra Aalí, Houda «se arrastraba para ir al baño o cualquier o cualquier parte de su casa» antes de que la operasen.

Sin embargo, la mala suerte se cebó con Houda el pasado mes de junio, en su primer día de colegio, cuando fue evacuada de urgencia tras fracturarse la tibia por una caída cuando intentaba llevar agua para su abuela, que tiene una movilidad reducida. La joven saharaui anduvo sobre la arena con los zapatos de su madre a pesar de la dismetría de sus piernas, y esto propició el accidente por el que fue operada el 1 de julio. «Son cosas de críos pero sus huesos tan delicados que a la mínima se rompen», explica el presidente de Dar Al Karama, Luis García.

La menor se encuentra estable tras la operación para la sustitución de clavo intramedular que se había torcido. Además, según indica Luis García, la doctora Ana Bueno del Hospital de Getafe ha aprovechado la intervención quirúrgica para tratar de igualar la longitud de las piernas. «La operación ha sido un éxito, ahora tan sólo hay 1 cm de diferencia», destaca. Los cuidadores de Dar Al Karama calculan que permanecerá en torno a 5 o 6 meses, aunque dependerá de la rehabilitación. Mientras tanto, Houda podrá ponerse en contacto con sus padres mediante teléfono, Whatsapp o Skype.

A pesar de las adversidades, nada le quita la sonrisa a Houda, que sueña con llegar a convertirse algún día en médico como su doctora Ana Bueno. «Para ayudar a quienes más lo necesiten», relata.

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