El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reconoció ayer en su primera visita institucional al Ayuntamiento de Alicante que la situación económica de la Comunidad es de «enorme dificultad» y que no hay dinero para financiar proyectos. Por este motivo, anunció, en presencia del alcalde, Gabriel Echávarri, que el próximo pleno del Consell aprobará una propuesta de inversiones dirigida al Gobierno de Mariano Rajoy para que se incluyan medidas provisionales en los Presupuestos Generales del Estado, que pasarían por una inyección de 800 millones para mantener la liquidez de la autonomía y atender las necesidades más básicas de la población.

«Aquí ha habido una mala gestión durante los últimos 20 años. Ha habido momentos económicos positivos en los que no se ha actuado adecuadamente. Teníamos pocos recursos y se gastaron mal», dijo. A esto, añadió, se suma que la Comunidad Valenciana ha estado siempre por debajo de la media en inversiones del Estado, excepto en la época de la construcción del AVE. «El peor momento de la historia se ha dado en los últimos cuatro años de gobierno de Mariano Rajoy, porque había menos dinero y además se repartía peor».

Ximo Puig, que escribió toda una página en el libro oficial del Ayuntamiento asegurando que trabajará por «coser» esta tierra de igualdad, afirmó que no se trata de un discurso victimista porque sí. «Somos más de cinco millones de valencianos, un 10,5% de la población española, que estamos siendo discriminados por esa acción del Gobierno de Rajoy y eso es así. No queremos ni más ni menos de lo que nos corresponde, y es la financiación adecuada para poder prestar los servicios públicos, como los prestan otras comunidades. No puede haber la asimetría de gasto público que existe en estos momentos entre unas autonomías y otras. Eso afecta a la legalidad y a la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas».

El presidente del Consell reclamó soluciones inmediatas, que pueden ser «provisionales», como esos 800 millones de euros, porque entiende que si se prolonga esta situación, los ciudadanos de la Comunidad tendrán cada vez peores servicios y oportunidades, «y no estoy dispuesto a permitirlo». Toda la Corporación arropó a Puig en esta visita, excepto el popular Císcar, que excusó su presencia, y un edil de Ciudadanos recién operado.