Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Siete familias desahuciadas ocupan un edificio de un banco

Acción Social y Vivienda evalúan la situación, insostenible tras 15 días sin agua y tres sin luz - Hay tres bebés y una mujer diabética

La verja de entrada y alimentos donados por Cáritas. jose navarro

En plena ola de calor, veinticuatro personas, entre ellas 14 menores, de siete familias diferentes, malviven, sin luz ni agua, en un edificio de tres pisos que pertenece a una entidad bancaria en la calle General Espartero 46, en el barrio de Carolinas.

La primera familia entró el día de la Cremà, de ahí que el bloque se llame el «Foc de la PAH». Así lo bautizó la plataforma Stop Desahucios, que decidió ocuparlo «por la necesidad de habitabilidad que tiene la ciudad y especialmente estas familias, todas con niños, y todas con solicitudes de vivienda cursadas ante el Ayuntamiento y la Generalitat».

Las siete familias, desahuciadas de sus casas, se han repartido en las siete viviendas que tiene este inmueble, sin cédula de habitabilidad, propiedad de la entidad bancaria Liberbank, «un banco rescatado y con más de 50 imputados», recuerdan Reme Ruiz de León y Marisol Yáñez, de la plataforma antidesahucios.

El bloque lleva 15 días sin agua tras el agotamiento del suministro en los pozos interiores y tres días sin electricidad después de que Iberdrola procediera a la retirar la luz de obra, aunque la compañía, tras la alarma generada y la visita de responsables del Ayuntamiento, decidió a media tarde de ayer mantener el suministro hasta el jueves de la semana que viene.

De día conviven en la planta baja donde, sobre una mesa, hay alimentos que les ha donado Cáritas de la parroquia San José de Carolinas. Paquetes de legumbres y pasta que no pueden hervir, pero también potitos para los bebés. En las últimas noches se han alumbrado con velas y el agua la cogen en la fuente de la Bola de Oro con garrafas de ocho y hasta de 25 litros que acarrean con carretillas para poder refrescar al menos a los niños, nueve de ellos entre 4 y 7 años, además de tres bebés, uno con menos de un año. También hay dos adolescentes, de 12 y 15 años. Uno de los menores tiene una minusvalía.

«Mi bebé está acostumbrado a tomar el biberón con la leche tibia, pero no podemos calentarla, así que le doy zumo», explica Manoli Rodríguez, que ocupa uno de los últimos pisos con sus tres niños de 7, 6 y 1 años. «Por mucho que tengamos un techo, nos falta el agua y la luz. Que durmamos en un colchón en el suelo da igual, pero el agua es fundamental para vivir», afirma esta joven que se quedó en la calle cuando tapiaron uno de los edificios de Nou Alcolecha. «El Ayuntamiento nos desalojó y nos dejó sin nada, a mí y a mis hijos. Y sigo en la calle. Bueno, ahora aquí, y pasándolo muy mal».

En un primer piso vive una mujer diabética y enferma de la espalda, Genoveva, junto a su pareja y su hijo de seis años. Es la familia que vive con más «comodidades» gracias a la enfermedad de ella, que ya le ha provocado la pérdida de un ojo. La plataforma ha conseguido a esta familia, que fue desahuciada hace seis años, una cama y una cocina gracias a la Red Solidaria Popular de El Campello.

Dado que en el inmueble no hay luz y la insulina no puede estar refrigerada, son las chicas de Stop Desahucios la que se la llevan y se la inyectan, tal y como explicó Celeste Doello, portavoz del colectivo, que se plantea, si no hay solución duradera para la luz y el agua, bajar al Ayuntamiento a protestar con todos los niños.

Ante esta coyuntura de emergencia social, las Concejalías de Acción Social y Vivienda han emprendido una evaluación de la situación de estas familias con menores e iniciar los protocolos de actuación. El edificio recibió la visita de la concejala responsable de las dos áreas, Nerea Belmonte; del gerente del Patronato Municipal de la Vivienda, Gaspar Mayor; y de la responsable del departamento de Centros Sociales, Rosa Rovira, para conocer in situ la situación y «poner en marcha las medidas necesarias que garanticen la protección de los menores». El equipo de gobierno reiteró su compromiso de desarrollar políticas para garantizar el derecho a la vivienda de la ciudadanía.

En este edificio las familias intentan mantenerlo limpio y dentro de un orden. Como el que intentan recuperar Mercedes Arroyo y Juan José Fidalgo, que con sus hijos de 12 y 15 años, «y que sacan muy buenas notas», vivían en el barrio de La Florida. Sin embargo, el padre tuvo un accidente de tráfico, le operaron de la espalda y perdió el trabajo.

Los problemas empezaron en 2007 y ahora les van a desahuciar de su piso de alquiler, por lo que se están trasladando a General Espartero. «Esto es mejor que estar en la calle pero queremos recuperar nuestra vida», explica Fidalgo, que fue casco azul en la antigua Yugoslavia y que culpa de que estén así a los servicios sociales municipales. En el bloque hay familias musulmanas, ahora de Ramadán.

Ayer, el alcalde de Alicante se reunió en Valencia con la consellera de Vivienda y abordaron el inventario que Eige, la entidad de vivienda de la Generalitat, tiene en Alicante para dar solución a las familias que necesitan casa. También hablaron de afrontar planes de rehabilitación para los barrios más degradados de la Zona Norte, como Juan XXIII y Nou Alcolecha, y de Barrio José Antonio, accediendo a fondos europeos.

Compartir el artículo

stats