El catedrático Antonio Gil Olcina califica de error «mayúsculo» la modificación de la toma originaria del trasvase Júcar-Vinalopó, trasladándola desde Cortes de Pallás al Azud de la Marquesa ya en el estuario del Júcar. «Es obvio que la toma en el Azud de la Marquesa es pura y simplemente la condena total de dicha transferencia, en la medida que resulta inviable económicamente, por el prohibitivo precio de la elevación, al tiempo que por la mala calidad del agua, con serios problemas de contaminación. El caudal no puede ser en ningún caso apto para los abastecimientos, y ni siquiera para cultivos hortícolas de consumo en fresco», subraya el exrector de la Universidad de Alicante. Por otro lado, Gil Olcina y Rico cuestionan que se hayan terminado las desaladoras proyectadas por la exministra socialista Cristina Narbona «con un gasto de más de 2.200 millones de euros de fondos públicos enterrados en unas plantas sobredimensionadas para atender unas demandas mal calculadas y también sobredimensionadas».
