Los 44 grados que se soportaron ayer a primera hora de la tarde en Aspe, a caballo entre el Medio y el Bajo Vinalopó, marcaron el registro más alto de temperaturas en el día más caluroso, que no bochornoso, que se vivió en lo que va de verano en la provincia de Alicante, donde la ola de aire sahariano dejó sentir toda su fuerza. De los 40 grados pasaron muchas localidades del interior y en la costa la máxima llegó a los 37 grados registrados en Benidorm y Alicante, donde el sol calentó de lo lindo, pero no se batió el récord que sigue en el los 41,4 grados del 4 de julio de 1994.

La Agencia Estatal de Meteorología prevé para hoy un bajada importante de las máximas que se quedarán en los 32 grados en la costa y los 34 del interior. Sigue el buen tiempo y el ambiente caluroso pero la bolsa de aire del Sahara tiende a remitir, aunque las noches seguirán «tropicales» (la mínima por encima de los veinte grados), unos días más.

En cuanto a las incidencias, la más reseñable fue el rescate que tuvieron que realizar, helicóptero incluido, los bomberos en el parque del Montgó, en Dénia, tras la llamada de socorro de dos turistas españolas de 58 años que habían salido de excursión al filo de las 13 horas y sufrían los síntomas propios de un golpe de calor. Tras atenderlas e hidratarlas en el propio parque de bomberos, ambas se fueron a su casa por su propio pie.

La jornada fue también movida en los servicios de Urgencias de los hospitales, pero no por golpes de calor sino para atender a pacientes con patologías varias más sensibles al aumento de las temperaturas. Cruz Roja mantiene un operativo de vigilancia especial sobre las 25.000 personas mayores que tutela en la provincia y a las que el personal de la organización llama con frecuencia estos días, ya que se trata de personas muy sensibles y sometidas a medicación.

Las altas temperaturas provocaron un día tórrido en el interior, que se dejó sentir en todas las comarcas, provocando que la afluencia en las calles durante la jornada fuese mínima. En el Ayuntamiento de Alcoy registró el colapso del transformador eléctrico, que no pudo atender toda la demanda de la Casa Consistorial, Policía Local, Centre d'Esports y otras dependencias, por lo que se colapsó. El consistorio estuvo parcialmente a oscuras buena parte de la mañana.

Gorras, abanicos, gafas de sol y sombreros son los complementos de los últimos días en Elda. Parques vacíos de niños, pero repletos de gente reposando en los bancos bajo la sombra de los árboles. Esa fue la imagen en la ciudad.