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Comedores infantiles

El «banquete» de verano que nadie querría servir

Casi 9.000 menores se alimentarán en estas vacaciones con los programas contra la malnutrición que llegan a 180 municipios

Comedor de Cullera, esta semana con su alcalde y la edil Bienestar. información

En la época del hambre se llamaba plat de calent. En esta era en que las desigualdades y la pobreza se mezclan con las contradicciones y las apariencias propias de un tiempo de bonanza, el plat de calent viene con la etiqueta de catering. Con todo, ambos conceptos responden a la misma necesidad: dar la alimentación básica a quien la necesita. Y así se hará con los niños de casi 200 municipios de la Comunidad Valenciana a partir de esta semana. El miércoles, con el inicio del mes de julio, se ponen en marcha la gran mayoría de comedores sociales de verano para menores de 3 a 16 años que, con el fin del curso y de los comedores escolares, ven peligrar sus necesidades nutricionales por las dificultades económicas de sus familias.

Hace tres años, en plena crisis, ésta era una realidad invisible. Las instituciones obviaban el problema, denunciado por colectivos de padres y organizaciones. Desde 2013, sin embargo, lo que empezó como una reacción de la Diputación de Valencia en competencia con la Conselleria de Bienestar Social por ver cuál era la primera institución valenciana que atendía a esta demanda, ahora se ha convertido en una respuesta política imprescindible. Este verano, entre ambas instituciones destinarán 2,2 millones de euros a comida para menores de 180 municipios valencianos. Literalmente, de Vinaròs a Pilar de la Horadada. Abarca a una de cada tres poblaciones. En la provincia de Valencia, a una de cada dos.

La Conselleria de Bienestar Social dedica 1,7 millones de euros para financiar su programa de atención de necesidades e inclusión social a menores y sus familias en periodo estival. Es un 30 % más de dinero que el año pasado. Este año, además, son todo fondos propios de la conselleria y nada procede del Gobierno central. El 60 % ya está pagado. Alcanza a 90 ayuntamientos de toda la Comunidad y beneficiará a 6.692 niños de entre 3 y 16 años. En ocasiones, con desayuno, comida y merienda. Otras, sólo la comida de mediodía.

La Diputación de Valencia mantiene constante la ayuda que empezó a otorgar en 2013. Siguen siendo 500.000 euros y tiene una peculiaridad: sólo pueden acogerse a él los municipios de menos de 20.000 habitantes. Por contra, el programa de la conselleria únicamente permite la adhesión de poblaciones mayores de 20.000 habitantes. Uno y otro son incompatibles. Y por eso se complementan.

De macarrones a lomo

En este punto, conviene corregir la metáfora del plat de calent. No es sólo un plato. Cada menú financiado con 4 euros por la diputación incluye primer plato, segundo, guarnición, pan y postre. En cada sitio varía, en función de la empresa que sirve el ágape. Pero, para hacerse una idea, éste es un ejemplo real de años anteriores: el menú del martes se abre con una ensalada de lechuga, aceitunas, tomate y maíz. Luego vienen los macarrones con atún, de primero, y el lomo adobado al horno con champiñones de guarnición, de segundo. De postres se sirve fruta. El menú cambia cada día. Así, el miércoles se sirven lentejas a la jardinera y filete de panga orly con zanahoria; el jueves, arroz a banda con panga y calamar, y tortilla de jamón serrano; y el viernes, guisado de patatas con ternera y empanadillas de atún. Es sólo el ejemplo de un centro al azar. En el caso de la Generalitat, cada comida se financia con 4,25 euros. Si hay desayuno, 2 euros más. Y si hay merienda, 1,25 euros extra.

Ayuntamientos

Al margen de los programas de la Generalitat y la Diputación de Valencia las instituciones provinciales de Alicante y Castellón carecen de este tipo de planes veraniegos, también hay numerosos ayuntamientos que organizan por su cuenta comedores estivales para niños. Como el Ayuntamiento de Valencia, que destinará 450.000 euros en ayudas de comedor escolar para los meses de verano, con los que se atenderán en torno a 3.000 niños, según datos del consistorio. Fue la primera orden firmada por Joan Ribó como alcalde, aunque la medida la acordó el anterior equipo de gobierno de Rita Barberá.

También se ha convertido en un tema con el que hacer bandera política. El Ayuntamiento de Castellón ha activado un protocolo de medidas urgentes para ampliar las plazas que se ofertarán este verano en los comedores escolares. La anterior corporación, del PP, había previsto atender a unos 200 menores. El actual gobierno del PSPV y Compromís considera la cifra «insuficiente» y ha anunciado que «agotará todas las vías para ampliar estas ayudas». De hecho, ya ha encargado un estudio para detectar a todos los menores con este tipo de necesidades.

Miguel Soler, vicesecretario de Educación del PSPV, anuncia que las intenciones del Consell de Ximo Puig es «detectar si hay municipios no cubiertos para aplicar ayudas urgentes». Pero, debido a la premura de plazos, el esfuerzo se centrará en que los comedores escolares estén abiertos nada más se inicie el curso escolar el 7 de septiembre, y que no abran en octubre, como hasta ahora. Faltan dos meses para ello. Ahora, la prioridad que empieza esta semana es evitar que la crisis de los mayores la pague el estómago de los pequeños.

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