Empezó muy bien, pero el final se quedó corto, muy corto. La pirotecnica Coeters Dragon dejó con ganas de más ruido a las miles de personas que ayer llenaban las inmediaciones de la plaza de los Luceros para contemplar la primera mascletà de las Hogueras de 2015.
Y eso que el comienzo hacía presagiar que el de ayer iba a ser un buen espectáculo. El disparo arrancó a ritmo de batucada que hizo bailar a la plaza. El descenso por Marvá fue rítmico, sin pausas, con fases aéreas en las que se iban alternando los silbatos, las roncadoras, los truenos y el humo de colores. Hasta aquí, todo iba rodado. Una mascletà impoluta.
El problema llegó en la fase final, a la postre la más complicada, en la que todo el mundo espera abrir la boca y taparse los oídos para poder soportar los decibelios. Pero ayer esto ocurrió. El terremoto apenas duró unos segundos. Después, silencio y caras entre el público de que había sabido a poco. Tampoco los pañuelos blancos asomaban en los balcones de la plaza ni los carteles puntuando la mascletà. «No sabemos qué nos ha pasado», explicaba por la tarde Josemari Enríquez, gerente de la pirotecnia Coeters Dragón. La empresa había preparado un terremoto más largo, «por lo menos de 12 segundos, pero quizás porque la pólvora ha estado toda la mañana al sol, se nos ha quedado mucho más corto, de apenas 8 segundos».
Este es el primer año que la empresa disparaba en Luceros, por lo que el reto de superarse está ahí para los próximos años. «Este año era muy complicado, hemos sido los primeros en disparar y hay una mascletà más, así que la competencia es más fuerte. El próximo año lo haremos mejor».
LA FICHA
6 minutos 38 segundos. La mascletà entró en concurso al superar los 6.30 minutos.
133,5 kilos de material explosivo se emplearon en el disparo de ayer.
