El problema del antiguo Sidi, según fuentes de la patronal hotelera de la Costa Blanca, va más allá que el propio deterioro urbanístico del inmueble. En cuatro años la tecnología ha avanzado y la falta de mantenimiento hace pesar que la infraestructura eléctrica y de saneamiento del interior necesitaría una renovación integral. Pero el problema es más profundo, según apuntan empresarios hoteleros que conocen el antiguo Sidi. «Ya no es funcional para el perfil del turista que se mueve hoy en día por los hoteles», subrayan.

La venta del hotel estuvo a punto cerrarse a finales de 2011 -el mismo año en el que cerró- cuando el letrado que representa los intereses de Sidi España, Carlos Noguerol, llegó a un acuerdo con el BBVA y el entonces Banco de Valencia para plantear la operación de venta en 21,5 millones de euros. No cuajó, como tampoco han prosperado las ofertas que llegaron en diciembre de 2013 al administrador judicial.