Una inesperada sorpresa en el aeropuerto. Eso fue lo que se llevaron unos turistas al abrirse la puerta de un ascensor de la instalación aeroportuaria. En el interior del habitáculo, según explican fuentes próximas al aeropuerto, se hallaba una serpiente de unos dos metros de longitud. Tras la primera impresión, los afectados avisaron a la Guardia Civil de la presencia del citado reptil, que en ningún momento se mostró violento con las personas.

El hecho, que se produjo a principios de la pasada semana, en horario de madrugada, despertó la expectación entre los presentes, ante lo inhabitual de encontrar un reptil en zona de acceso público del recinto aeroportuario. A los pocos minutos de que los turistas hallaran a la serpiente, los agentes llegaron al ascensor, ubicado en la segunda planta del parking del aeropuerto. Tras realizar las pertinentes comprobaciones y certificar que el reptil no era venenoso ni ofrecía ningún peligro, optaron por capturarlo y depositarlo en una caja de cartón, para a continuación soltarlo en los alrededores del aeropuerto. De esta manera, los agentes devolvieron al reptil a su hábitat natural.

Pese al susto inicial, el hallazgo de la serpiente se ha convertido en un recurrente tema de conversación en el aeropuerto durante los últimos días.