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De Escocia a Turquía hasta la Terreta

Los tres estudiantes Erasmus este curso en la UA. ISABEL RAMÓN

Curiosamente en una ciudad con la playa como protagonista, Ellen Barber eligió Alicante para realizar su curso de Erasmus por sus montañas. Estudiante de tercer curso de Traducción e Interpretación en español y francés, esta joven escocesa de 20 años asegura que ha encontrado aquí lo que buscaba. «A la hora de plantearme dónde realizar mi Erasmus en España tenía la posibilidad de irme a Salamanca o venir aquí y me decidí por Alicante porque soy una amante del senderismo y la escalada y me dijeron que aquí no sólo había playa sino también una buena zona de montaña». Como Ellen, gran parte de los estudiantes que han cursado uno o dos cuatrimestres en la UA dentro del programa Erasmus, han optado por esta universidad debido a las referencias que desde sus países tenía sobre la ciudad de Alicante. Es el caso de Elise Flores, una joven de 19 años francesa que ha realizado un grado de Civilización y Lengua Española en la UA. «Me dijeron que Alicante tenía un carnaval muy bello y luego está la playa. Me hablaron muy bien de esto y además conozco gente aquí».

Los Erasmus que llegan, unos seiscientos el curso que acaba de finalizar, se integran de inmediato y aseguran que es fácil hacer amigos. «La gente aquí en encantadora, es abierta y simpática», señala Elise, quien asegura que «me he sentido muy feliz. En París está siempre nublado y l sol de aquí te permite relacionarte con la gente, tumbarte en el césped y disfrutar en la calle». Las dos jóvenes hablan castellano con fluidez pero no todos los Erasmus llegan dominando la lengua. Sezar Canbolat estudiante de Administración y Dirección de Empresas vino de Turquía. En su caso, optó por Alicante porque es el destino que se le ofertaba desde su universidad y daban muchas clases en inglés. Es la primera vez que Sezar ha venido a Alicante y confiesa que «me interesaba descubrir culturas diferentes y viajar, y me gusta mucho España y Alicante».

Los tres jóvenes, coinciden en que han venido a disfrutar de la ciudad y a conocer la cultura y las costumbres españolas que incluyen salir de fiesta, pero que su prioridad es estudiar y perfeccionar el castellano. «No es verdad que los Erasmus sólo pensemos en divertirnos. Además se me hace muy raro que aquí la gente salga a la una de la mañana que es la hora a la que en Escocia nos retiramos», señala Ellen. A la hora de salir de noche Elise Flores lo tiene peor que sus compañeros.

Una de las cosas que más les ha llamado la atención de Alicante son sus precios, algo fundamental dado que las becas Erasmus rondan los 400 euros mensuales. «Es una ciudad muy barata. En la cafetería de la universidad cobran por un zumo de melocotón 70 céntimos. En París me cuesta 3 euros», dice Elise. También la vivienda les parece muy barata y no han tenido problema para encontrarla. «Yo conseguí piso a través de una página web desde Escocia. En un piso de estudiantes compartido y pago 200 euros al mes y tengo hasta piscina. En mi país, por menos de 350 no encontraría nada». Sezer por su parte, ha vivido en un piso con un japonés, un coreano y un francés cerca de la Plaza de Toros, zona en la que residen muchos estudiantes.

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