Ante la falta de respuesta de la Administración, una vez más Cáritas sale en ayuda de los más desfavorecidos. Esta vez son decenas de niños que este mes se han quedado sin beca de comedor, o lo que el lo mismo, sin la única posibilidad de tener una comida completa al día. La institución benéfica ha decidido mantener el programa que desarrolla durante el curso escolar para dar clases de refuerzo a menores en situaciones de dificultad y de paso ofrecerles una merienda. «Generalmente concluimos estos talleres a comienzos de junio, pero dada la imprevisión de la Administración, los vamos a mantener por lo menos los meses de junio y julio», señaló ayer Jaime Pérez, presidente de Cáritas en la provincia.

No obstante, la institución mantenía ayer contactos con las administraciones para tratar de revertir la situación. «Pensábamos que al final se solucionaría todo y no se llegaría a esta situación dado el precedente del año pasado».

Además de meriendas, en estas aulas de refuerzo que hay repartidas por toda la provincia los pequeños recibirán paquetes de comida para llevar a casa. «Otra línea en la que trabajaremos será la de entregar de manera directa más alimentos a las familias afectadas por esta situación», explicó ayer Pérez.

El presidente de Cáritas hizo estas declaraciones durante la presentación de la memoria de la institución correspondiente a 2014. Un año en el que el número de atendidos descendió un 5%, una cifra que Pérez achacó «al regreso de muchos inmigrantes a sus países a una leve mejora de la situación económica». Con todo, la institución atendió en la provincia a 76.940 personas en sus distintos programas. Pese a los aparentes síntomas de mejora, Pérez resaltó el «esfuerzo tan importante, superior a otros años, que se ha tenido que hacer para ayudar a las familias a pagar recibos, alquileres y otras necesidades primarias».