El verano pide paso. Tras un mayo histórico, la provincia se prepara para vivir a partir de hoy un nuevo fin de semana veraniego con máximas que alcanzarán los 30 grados y noches casi tropicales en la costa, ya que según la Agencia Estatal de Meteorología las temperaturas mínimas no bajarán de los 19 grados. La situación se prologará hasta, al menos, mediados de mes y, aunque el calor va imponiéndose y no hay ni rastro de lluvias (los expertos no las esperan hasta octubre) tampoco es descartable que se forme hasta julio algún foco de tormenta aislada que refresque el ambiente.

«La primavera está siendo muy anómala porque prácticamente venimos registrando temperaturas altas desde abril y lo normal es que el ritmo al alza de las máximas no pare ya», alertó ayer Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Olcina añadió, por otro lado, que «lo peor no es el calor. Lo peor es que estamos ya ante el tercer año de sequía y aunque el abastecimiento urbano esté garantizado, la falta de lluvias es muy preocupante y la prueba la tenemos en los embalses de la Marina Baixa, Amadorio y Guadalest. El primero seco y el segundo con tan solo tres hm3».

Por otro lado y sobre si este verano anticipado puede traer como consecuencia un estío tórrido a partir del 21 de junio, los expertos en clima no se ponen de acuerdo. Los modelos estacionales son contradictorios. Los europeos alertan de un verano caluroso, pero los americanos marcan un verano de temperaturas normales. Eso sí, tanto un modelo como otro indican falta de lluvias entre mayo y octubre. «Lo preocupante es que este calor de mayo es una tendencia que se está comprobando desde hace 10 años. Las temperaturas medias desde 2004, en mayo, han estado siempre por encima de lo normal».