El depósito anticontaminación Cross-San Gabriel ha evitado en sus primeros tres años de funcionamiento el vertido de más de un millón de metros cúbicos de agua contaminada al Barranco de las Ovejas y a las playas de Urbanova, El Altet y Arenales del Sol. Un caudal procedente de la red de colectores en la que Aguas de Alicante canaliza el 80% del agua residual y de lluvia de Alicante, que acaba en la depuradora de Rincón de León para su tratamiento y posterior uso agrícola o vertido al mar.
La instalación, pionera en la ciudad de Alicante y que costó 14 millones de euros, tiene capacidad para almacenar 65.000 m3 y sus compuertas se abren en cuanto la red de colectores rebasa su capacidad en momentos de tormenta como el día de Santa Faz, cuando dos avenidas en 48 horas llevaron al depósito cerca de 40.000 metros cubicos de aguas contaminadas. La eficacia del depósito es tal que, según recuerdan desde el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, si no existiera correrían serio riesgo de contaminación las playas de Urbanova, El Altet y Arenales del Sol, estas dos últimas en Elche, debido a que la deriva arrastra hacia la bahía de Santa Pola todo lo que se vierte al mar en el sur de Alicante.
El depósito fue una iniciativa conjunta del Ayuntamiento y Aguas de Alicante, y se inauguró en la primavera de 2012, aunque no estuvo completamente operativo hasta otoño de ese año. Su función es actuar, según explica Miguel Rodríguez, jefe de operaciones de Aguas de Alicante, en caso de que ante una tormenta los colectores normales no puedan absorber todo el caudal extraordinario que llega desde el 80% del territorio de la ciudad de Alicante, en concreto desde el entorno de la Plaza de Toros. En un momento dado, un complejo sistema de detectores registra el aumento de caudales y pone en marcha la apertura de compuertas del recinto con la misma capacidad que 20 piscinas olímpicas.
Caudal contaminado
El agua va entrando y almacenándose para no saturar la depuradora de Rincón de León y, por lo tanto, evitar su vertido al mar por el Barranco de las Ovejas. Algo que resultaría fatal para el ecosistema marino, ya que el caudal que se genera es una mezcla entre el agua de lluvia, que también arrastra muchos componentes contaminantes, y la residual que circula por los colectores. Caudal que contiene materiales que pueden bloquear los colectores, como es el caso de toallitas o bastoncillos que lo ciudadanos lanzan al inodoro.
La puesta en marcha de este depósito o tanque contra la contaminación levantó en su día cierta polémica en San Gabriel pero sus prestaciones han terminado por convencer a los vecinos de su utilidad. No provoca ningún impacto ambiental y ha servido también para crear una zona deportiva que se asienta sobre la infraestructura.
En cuanto a los problemas puntuales de embalsamiento de aguas de lluvia que se producen en el parque Juan Fuster y la avenida de Elche, Miguel Rodríguez aclara que se trata de un caudal diferente que se genera en una cota inferior al depósito por lo que resulta imposible que pudiera llevarse al mismo. No obstante, sólo es agua de lluvia.
