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La crisis convierte la Costa Blanca en el destino más barato de España

La encuesta del Ministerio de Turismo sobre el comportamiento de los visitantes cifra el gasto medio en 864 euros al año para una estancia de 9 días

Benidorm es uno de los destinos más populares y también más baratos del Mediterráneo. david revenga

Las buenas previsiones que maneja el sector turístico de la Costa Blanca para que este año sea uno de los mejores de la historia no han podido eclipsar un estigma que, de momento, resulta difícil de borrar. Según la encuesta de gasto que maneja el Ministerio de Turismo, la Costa Blanca revalidó en 2014 el título de ser la zona turística más barata de España al registrar un ingreso medio por visitante de 864 euros (para una estancia de 9 días), 36 euros menos que la media nacional y, por debajo del resto de destinos rivales en sol y playa como la Costa Brava, la Costa del Sol, Baleares y Canarias.

El motivo no es otro que la repercusión que ha tenido la crisis económica que ha sacudido España desde 2008 y que ha hecho que los precios medios, tanto hoteleros como los de la hostelería en general lleven congelados desde hace siete años, lo que lastra la cuenta de resultados e impide que muchos empresarios puedan acometer mejoras en sus establecimientos.

El Instituto Interuniversitario de Geografía y expertos del sector plantean como fórmula para incentivar el gasto de los visitantes (el aeropuerto volverá a superar los diez millones de pasajeros este año) potenciar las experiencias que pueda vivir el turista, más que cuidar los productos que se da por sobreentendido, alrededor del sol y la playa. La relación calidad/precio es imbatible pero hace falta algo más.experiencias

Josep Ivars, del Instituto Interuniversitario de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante, sostiene que el incremento del nivel de gasto y de la rentabilidad de las empresas es una aspiración lógica «pero no debe olvidarse que la demanda turística del litoral alicantino es muy sensible a la variable precio, tanto la internacional como la nacional», aunque haya mejorado en los últimos meses debido al aumento del gasto de los británicos, belgas y nórdicos. En España, la sombra de la crisis es más alargada y continúa afectando al gasto, aunque ha mejorado en Semana Santa y los últimos puentes».

Esta tendencia favorable se relaciona, según el Instituto, con el incremento de la calidad, que constituye la base esencial para generar ofertas de mayor valor añadido, la vía fundamental para incrementar precios junto a una mayor diversificación de los productos y de los mercados. «Para ello es imprescindible romper con las inercias del «sol y playa» convencional, que se mantienen pero que son las menos remuneradoras para el destino, y evolucionar hacia experiencias turísticas innovadoras y diferenciadas», subraya Ivars. «Se trata de reconfigurar el producto tradicional potenciando todo lo que rodea a la playa: gastronomía, cultura, deporte, salud... actividades atractivas para la demanda y, además, "monetizables". El atractivo de las playas no se cuestiona pero sí se plantea la necesidad de repensar su uso recreativo-turístico», asevera el investigador del Instituto.

«No busquemos factores externos porque un resort turístico será aquello que sus industriales, comerciantes y administradores quieren que sea». La reflexión de Miguel Ángel Martínez, director comercial de la cadena Servigroup, refleja la realidad de un modelo que necesita, en su opinión, una profunda renovación. «Los administradores carecen de visión para plasmar aquello que quieren sea su pueblo, comarca o provincia, todo es urgente y se ven desbordados por los problemas cotidianos; los comerciantes se quejan de todo pero son los primeros en implantar la fórmula «low cost» para capear la crisis, y qué decir de aquellos industriales que van detrás del Imserso como única posibilidad». Martínez cuestiona que el precio sea determinante y advierte de que las tarifas bajas atraen «hooligans» y «por ese camino a lo único que se puede aspirar es recibir a esos grupos de británicos de fin de semana que han sido expulsados de otras zonas turísticas».

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