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Testimonio de los afectados

«Es increíble que tengamos que ponerle puertas al campo»

En el kilómetro 21 de la CV-800, muy cerca de Xixona, se encuentra la finca «La Costa», propiedad de María Antonia Teixidor Sirvent. Durante años ha sufrido ataques de diversas especies de animales. «No había visto ardillas en mi vida, más allá de los libros de cuentos». Por suerte, tal como indica María Antonia, desaparecieron este último año después de causar destrozos cada temporada en su cuidado jardín.

Los cultivos de almendros, uva y su pequeña huerta se han visto perjudicados por la acción de la fauna silvestre, en concreto estos últimos meses por la aparición de numerosos jabalíes.

La solución es difícil, pero de forma provisional ha optado por vallar tanto el jardín como la huerta. «De momento, el vallado de esos trozos nos subirá a unos 1.300 euros», estima, y reflexiona: «Es increíble que tengamos que ponerle puertas al campo». Pero las pérdidas continúan: «Las últimas dos campañas pasadas no hemos tenido cosecha de vino, nos han destrozado un sector de parras que las vamos a arrancar porque es impensable tener que vallar también esa zona, los daños en frutales y en las huertas debido a los destrozo en los márgenes de piedra costarán un dineral», detalla la propietaria. Así, especifica que los arreglos provocados por estos grandes animales se dejarán acometer poco a poco «porque no nos podemos permitir ese lujo, además, mientras no se acabe con ellos no vale la pena arreglar nada, sería tirar el dinero».

De esta forma, María Antonia asegura que está estudiando instalar un «pastor» eléctrico de una valla conectada a este aparato que emite una descarga eléctrica y asusta a los animales, aunque desconoce hasta que punto será efectivo. Al respecto, informa que en otras campos cercanos se instalan jaulas para atrapar a los animales pero, tal como señalan, «han proliferado tanto que la solución es difícil». m. f.

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