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«Es una forma de dar cariño a algo que no es una obligación»

Antonio Cuevas, psicólogo educativo del Instituto Miguel Hernández de Alicante, cataloga el fenómeno «reborner» como una moda más, la cual incentiva a las niñas a dar unos cuidados a estos muñecos y entrenarlas para la vida adulta.

Recuerda que ha visto el comportamiento de una niña de 10 años con un «reborn» y quedó impactado. En cuanto a las personas que los adquieren como sustitutivos de un vacío filial se manifiesta algo incrédulo, aunque argumenta que es sin duda una forma de dar cariño a algo que no reporta ningún tipo de obligación firme porque así la persona se llena sentimentalmente sin tener ningún tipo de atadura.

En el caso de aquellos que buscan reproducir en estas piezas a un hijo ya crecido, los cataloga como padres protectores, es decir, no quieren perder a ese hijo que ya crecido va despegándose del núcleo familiar. Con estos muñecos pueden admirar y recordar siempre lo que el niño fue y todo lo que vivieron con él.

Cuevas cree que aquellos que hablan de la adquisición de un «reborn» como una adopción tienen un concepto distorsionado, ya que adoptar a un niño implica una responsabilidad que no se ve reflejada en el fenómeno. Aunque no deja de valorar estas piezas como verdaderas obras de arte dignas de unas manos expertas que logran dar un realismo increíble a los «reborn».

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