Los trenes entre Alicante y Barcelona han recuperado cerca de 42.000 viajeros anuales desde que Renfe implantó las tarifas promocionales que conllevan fuertes descuentos sobre el precio normal de los billetes. Con ello, se pone de manifiesto el impulso que esta política comercial ha supuesto para el uso del ferrocarril en esta relación en detrimento del avión. En el último año del que se disponen cifras de ambos medios, 2013, el tren registró 268.293 pasajeros, frente a 226.506 del ejercicio anterior, según revela el último informe del Observatorio del Ferrocarril en España. Este incremento es muy significativo si se tiene en cuenta que es el segundo, y el más elevado, que se produce en más de una década.
El transporte aéreo sigue siendo mayoritario en la relación entre Alicante y Barcelona, pero la diferencia se ha reducido de manera muy sustancial. En 2012 el avión registró 408.949 viajeros, pero al año siguiente, y coincidiendo con el repunte de usuarios del tren, la cifra cayó a 322.630, según señala Aena. Los datos del año 2014 y de los primeros meses de 2015 son casi idénticos, lo que da a entender que la mayor utilización del tren en este recorrido no es circunstancial, sino un fenómeno consolidado que, previsiblemente, habrá ido a más desde el periodo al que hacen referencia los últimos datos. Y, en este sentido, los descuentos sobre las tarifas normales tienen una gran importancia, al ser el principal aliciente para utilizar el tren a la hora de viajar de Alicante a Barcelona.
El itinerario ferroviario entre la provincia y la capital catalana presenta desde hace casi 20 años las mismas características, algunas de ellas muy poco atractivas. En 1997, coincidiendo con el estreno de los servicios Euromed, se pusieron en servicio largos tramos de vía doble adaptados a velocidades de hasta 220 kilómetros por hora; sin embargo, quedó en vía única un segmento de unos 30 kilómetros en la provincia de Tarragona, que a día de hoy sigue haciendo de cuello de botella en una de las zonas con mayor tráfico del Corredor Mediterráneo. También se mantuvo en vía única -y así sigue- la línea entre La Encina y Alicante.
La saturación de la infraestructura ha sido un elemento determinante para que, en la actualidad, los trenes que hacen el itinerario entre Alicante y Barcelona empleen ahora más tiempo que al ponerse en marcha las citadas mejoras hace 18 años. En el caso de los Euromed, que sólo efectúan parada en Valencia, Castellón y Tarragona, el tiempo es de unos 20 minutos más. Así, si en 1997 el viaje desde la capital catalana hasta Alicante duraba 4 horas y 35 minutos, ahora ronda las 4 horas y 55 minutos. Este periódico ya se hizo eco de esta circunstancia en el año 2011, pero desde entonces la situación no sólo no ha mejorado, sino que la duración del viaje incluso ha aumentado en algún minuto más. Por su parte, los trenes Talgo, que paran también en Elda y Villena -además de Xàtiva y diversas estaciones más entre Valencia y Barcelona, aparte de las capitales- invierten unas 5 horas y media en el mismo trayecto, también unos 15 minutos más que a finales de la década de 1990.
Ahora bien, si el tren no ha logrado ser más competitivo en tiempo, sí ha conseguido serlo desde un punto de vista económico. Las tarifas promocionales, que suelen estar disponibles para casi todos los trayectos -sobre todo si el billete se compra con antelación- ofrecen la posibilidad de viajar por mucho menos dinero que hace algunos años. Pero además, la tarifa normal de los pasajes se mantiene prácticamente igual que los precios de hace cuatro años. En el verano de 2011, un trayecto de Alicante a Barcelona en clase Turista en Euromed costaba 57 euros, y ahora vale 57,60; en Preferente, el precio ha pasado de 93,70 a 94,30 euros.
