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La venta de cosméticos falsos mueve 5.000 millones de euros

Internet se ha convertido en el vehículo más utilizado para las operaciones de compraventa

Puesto de venta de productos falsificados ayer en la zona de ocio del puerto de Alicante. rafa arjones

El Observatorio Europeo de las Vulneraciones de los Derechos de la Propiedad Intelectual de la OAMI y Europol presentaron ayer los resultados del informe sobre la piratería industrial en la Unión Europea en el que advierten de que la fabricación de productos falsificados se ha disparado en suelo comunitario, siendo internet el vehículo más utilizado. De momento, el informe no habla de datos económicos globales, pero los investigadores están trabajando ya en sectores concretos y, por ejemplo, ya se tienen cifras sobre el impacto de la piratería industrial en la fabricación de productos cosméticos con números que asustan. La falsificación de colonias, perfumes y cremas mueve en Europa al año unos 5.000 millones de euros, aproximadamente el 8% de las ventas totales.

Una actividad letal que ha hecho que en los últimos años se pierdan 50.000 empleos en Europa. Según datos de la Conselleria de Sanidad, en la Comunidad Valenciana existen 128 laboratorios registrados y legales que mantienen 3.700 empleos, que pueden verse amenazados si no se frenan las falsificaciones.

Aunque la mayoría de los productos falsificados que hay en circulación en Europa siguen fabricándose fuera de la UE (China y Turquía), y eluden la detección en sus fronteras exteriores, la investigación realizada para elaborar el informe pone de relieve que la fabricación interna comunitaria va en aumento, con casos localizados en Bélgica, España, Italia, Polonia, Portugal, la República Checa y el Reino Unido. Esta producción interna a gran escala de productos falsificados en la UE se está convirtiendo en un negocio cada vez más rentable para las bandas y organizaciones de delincuencia organizada. Se ha comprobado que los falsificadores, que operan con unos riesgos significativamente menores, tienen vínculos con otros tipos de delincuencia, como el tráfico de seres humanos (en especial, para la explotación laboral), así como con otros grupos delictivos originarios de distintos países de dentro y fuera de Europa.

El medio más habitual para facilitar la distribución de estos productos falsificados es Internet. Los sitios de comercio electrónico atraen la atención de los consumidores por los precios, la disponibilidad permanente y la entrega directa que ofrecen. Algunos sitios web tienen una calidad tan elevada que compiten con la de los de los titulares de los derechos.

«Es necesario realizar un esfuerzo de investigación más estructurado y sistemático sobre la dimensión de las falsificaciones, que beneficiaría además las iniciativas operativas a escala nacional», subrayó ayer Antonio Campinos, presidente de la OAMI.

Los grupos chinos de delincuencia organizada que intervienen en la distribución de productos falsificados son equipos con una gran movilidad y grado especialización. Se sabe, incluso, que los que operan en Italia tienen relaciones estrechas con la Camorra napolitana, según el informe.

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