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La calidad como argumento

Comercios de cosméticos o gafas alertan de que sólo los productos originales ofrecen garantías

Un expositor de gafas de sol en un comercio de la calle Corredora, en Elche. antonio amorós

Sólo comprando en establecimientos reglados se pueden tener la tranquilidad de que los productos que se adquieren son legales, se han sometido a controles de calidad y sanidad. Eso es lo que defienden quienes regentan locales de perfumes, cosmética, ropa deportiva o gafas, todos ellos potencialmente falsificables o, al menos, habituales en el «top manta» y puestos ambulantes. La propietaria de una tienda de cosmética y perfumería en la calle Hospital de Elche reconocía ayer que cada vez más las falsificaciones están penetrando en su sector, aunque su hija y también dependienta del comercio consideraba que quienes compran una colonia de imitación o falsificada son otro tipo de clientes. Precisamente la propietaria se encontró hace unas semanas con que una mujer cargada con un carro de la compra le ofreció por 20 euros y en plena calle una crema de una conocida marca que roza los 90 en el establecimiento.

La casualidad quiso que el representante de la firma estuviera en el local, y adquirieron una para compararlas: «Cuando la veías al lado de la original te dabas cuenta de que no era buena, pero si no lo sabes parece totalmente original», decía. Eso si, en cuanto la abrieron, resultó evidente que el aroma y el aspecto grumoso de la crema no eran los adecuados: «Yo creo que nadie se la pondría en la cara, desde luego yo no», planteaba la mujer.

En General Óptica de la calle Corredora, el director Enrique Valero planteaba ayer que resulta muy difícil distinguir las falsificaciones, pero que habitualmente se descubren cuando un cliente llega para reparar alguna gafa, pedir alguna pieza o algún complemento: «Las de aviador que tanto se llevan, por ejemplo, tienen cristales intercambiables pero en las falsas no encajan». Sobre todo cantan las monturas, no tanto las lentes y menos aún las graduadas, pero sí se puede apreciar en los cristales polarizados que las falsificaciones no pasan la prueba en los aparatos que tienen en las ópticas.

La protección solar, recuerda, es de especial importancia para la salud visual, y quienes usan falsificaciones suelen sufrir mareos, malestar, dolores de cabeza y otras dolencias. Para evitar que eso ocurra, en este caso por salud, el director recomienda comprar sólo en ópticas, no en internet (excepto en páginas de mucha fiabilidad) ni en puestos callejeros. Y es que para tener una garantía de calidad, sólo sirve el original.

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