La Universidad de Alicante aspira a que el parque empresarial propuesto en Rabasa se destine a empresas con un carácter eminentemente innovador, propósito para el que las nacidas en la incubadora del parque científico universitario actuarían como germen.
La proliferación de propuestas sobre nuevos parques de empresas surgidas en los últimos meses, como la del Ayuntamiento de San Vicente en el entorno de la propia Universidad, y la del proyecto de la ATE de Ikea en terrenos de Rabasa, a expensas del Ayuntamiento de Alicante, han llevado al rector, Manuel Palomar, a proponer la vinculación de ambos proyectos futuribles entre los que el parque científico universitario, que ya es una realidad, actuaría como una rótula.
Las primeras empresas surgidas de la propia investigación universitaria como spin off, de base tecnológica, ya han conseguido ser rentables con una facturación de hasta 1,5 millones de euros. Los datos aportados por el rector apuntan además a que estas primeras empresas han creado ya medio centenar de puestos de trabajo.
El siguiente paso de las spin off surgidas de la mano de investigadores del campus es desarrollarse y volar solas en el contexto ya de un parque de empresas innovadoras, o bien tecnológicas. La apuesta del Rectorado pasa, precisamente, por que el parque de Rabasa se destine a firmas innovadoras, lo que daría salida a la inmensa mayoría de las firmas universitarias actuales que, a su vez, dejarían el parque científico para dar a paso a la creación de nuevas spin off.
«Un parque de empresa de innovación implica una gran variedad de negocios. Todas las del parque científico que están relacionadas con la energía y el medio ambiente, así como la medicina, la salud o el deporte, implican un componente claramente innovador que favorecería su desarrollo en ese nuevo parque de Rabasa», apunta Palomar.
Otras de las spin off del campus, con un componente en el que predomine más el carácter tecnológico, basado en las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, así como en el desarrollo de software, se vincularían para su desarrollo en un parque empresarial tecnológico, que es el que proyecta San Vicente y para lo que previamente ha contado con la propia Universidad ya, como destaca el rector.
«La instalación en este otro parque de alguna empresa matriz del tipo de Telefónica o Google será el polo de atracción para las firmas tecnológicas que también nacen de la investigación científica en los laboratorios de la Universidad», transmite Palomar.
Sólo tras el paso a modo de puente por los parques tecnológicos o de innovación, las empresas universitarias pueden dar un último empujón hacia la definitiva traslación de su investigación al mercado, en parques industriales. Y de esos, según el rector, contamos ya con varios, como Las Atalayas y Divina Pastora en Alicante; Las Rejas y Canastell en San Vicente.; o el industrial de Elche.
