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Alemania pide ayuda a médicos alicantinos para intervenir a chicas sin vagina

Los especialistas alicantinos logran conectar con éxito el útero a una vagina artificial - La revolucionaria técnica quirúrgica permite conseguir a las mujeres embarazos naturales

Alemania pide ayuda a médicos alicantinos para intervenir a chicas sin vagina

Lecciones de medicina a la todopoderosa Alemania. Dos ginecólogos del Hospital de Sant Joan han viajado recientemente a Alemania para operar con éxito a dos jóvenes que sufrían una rara anomalía congénita. Pedro Acién, jefe de Ginecología en el centro sanitario alicantino, y su hija Maribel Acién fueron invitados por el hospital universitario de Tubinga, en el sur de Alemania, para intervenir a dos chicas de 17 años afectadas por una rara variedad del denominado síndrome Rokitansky, que provoca que las mujeres que lo sufren carezcan de vagina y útero. Lo excepcional de estos dos casos, «es que las chicas sí tenían una parte del útero y lo que les faltaba era la vagina y el cuello del útero». Tras varias operaciones por parte del equipo médico alemán en los últimos tres años «no había sido posible que las pacientes recuperaran una vida normal».

A lo largo de su carrera, Pedro y Maribel Acién han operado de esta patología a varias mujeres derivadas de otros hospitales españoles, llegando a conseguir «que tuvieran luego menstruación y una de ellas se quedara embarazada de forma espontánea». En el hospital de Tubinga «habían seguido nuestros trabajos en publicaciones científicas, por lo que se pusieron en contacto con nosotros por si podíamos colaborar para intervenir estos dos casos».

Para resolver la anomalía congénita que padecían estas chicas, explican los dos facultativos, previamente había que implantar una vagina artificial «hecha con una prótesis e injerto de piel». Después, «y ahí radica la mayor dificultad de la intervención», había que unir esta vagina artificial al útero, labor para la que fueron llamados padre e hija. «Ellos habían intentado desde 2010 varias técnicas para realizar esta unión sin éxito», señalan. Tras aceptar la colaboración el centro germano envió todo el historial médico de las chicas a Alicante. «Nosotros nos llevamos algo de material del hospital, previa solicitud a la dirección, y la fórmula magistral para el postoperatorio».

Los dos ginecólogos estuvieron varios días en Alemania. «El primero dimos una conferencia a los miembros del servicio sobre la embriología y la clasificación de las malformaciones y les presentamos la técnica que íbamos a emplear a los médicos». Maribel Acién en este sentido lo tenía más fácil ya que ha vivido varios años en Alemania y conoce un poco el idioma. Al día siguiente se metieron a quirófano a operar a una de las chicas y el tercer día operaron a la segunda paciente. Las dos intervenciones han sido un éxito. «Las dos están en su casa siguiendo los cuidados que les indicamos para que la herida cicatrice correctamente».

Para los Acién ha sido todo un orgullo poder llevar sus conocimientos a un hospital tan prestigioso como el de Tubinga, centro de referencia en Alemania para toda la patología ginecológica. Sin embargo, no pueden dejar de sentir cierta envidia sana. Y es que, los dos médicos alicantinos reconocen que las comparaciones con España pueden llegar a ser abismales. «Los medios tecnológicos con los que cuenta este hospital son increíbles. Disponen de siete quirófanos de última generación para operaciones ginecológicas, todos equipados con torres laparoscópicas y pantallas de televisión para seguir las intervenciones de manera simultánea desde el exterior y a su vez en el despacho del director del hospital».

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