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Deportes en auge

Colgados por las cumbres

El número de alicantinos que se federan para la práctica de la escalada y otros deportes de montaña no deja de aumentar

El «vivac» o pasar la noche al raso es una práctica que, aunque va en auge, no está permitida por la Generalitat. PIALR CORTÉS

Se escalan, se corren e incluso se duerme en sus cimas. Los deportes de montaña viven un momento dulce en la provincia, con la irrupción de nuevas modalidades y nuevos públicos. El número de personas que se federan para la práctica de este tipo de actividades crece a un ritmo de 1.000 nuevas incorporaciones cada año en la provincia. Eso en plena crisis económica. «Actualmente hay 16.000 personas federadas a través de medio millar de clubes y en breve esperamos llegar a las 20.000», explica Francisco Durá, presidente de la Federación de Deportes de Montaña y Escalada de la Comunidad Valenciana.

«Salir a la montaña es gratis». Detrás de esta frase que repiten muchos de los aficionados a la escalada se esconde uno de los motivos que explican esta inusitada fiebre por el montañismo. «El equipo es muy barato y aunque puede requerir de una inversión inicial cercana a los 1.000 euros, después tienes equipo para toda la vida, salvo las zapatillas que es lo único que se tiene que cambiar cada cierto tiempo». Pero según el responsable de la federación valenciana, para explicar este fenómeno también habría que hablar del interés «por buscar la salud y el bienestar y la necesidad que tienen muchas personas de encontrar nuevas actividades y círculos de amigos».

Buena parte del boom que están viviendo estos deportes se debe a las carreras por montaña, un deporte que crece como la espuma de la mano de su hermano de ciudad, «running». En la provincia se organizan cada año medio centenar de pruebas de este tipo, en las que casi siempre se cuelga el cartel de completo. «Se trata de pruebas superiores a los 20 kilómetros y con desniveles de entre 1.400 y 1.500 metros». Entre las carreras que más público han reunido, «destaca la que organizamos el año pasado en el Puig Campana, una ultramaratón de 60 kilómetros con 600 plazas que se llenaron». Francisco Durá defiende las ventajas de este tipo de competiciones. «Dan mucha vida a los pueblos del interior y su impacto económico es enorme». Un reciente estudio hecho en la provincia de Castellón, donde este tipo de pruebas también son habituales, «revela que el impacto económico puede superar los 3 millones de euros para las localidades de la zona».

Otra actividad relativamente reciente son las denominadas «vías ferratas» o senderismo vertical. En la provincia hay 5 de estos itinerarios en distintas montañas, donde el escalador tiene distintos elementos de seguridad, como peldaños incrustados en la roca y un cable de acero a lo largo de todo el recorrido, denominado línea de vida, para no caerse. Aunque no es necesario ser un experto en escalada, «sí hace falta una formación previa o ir acompañado de una persona experta que te vaya guiando, al margen de llevar elementos de seguridad como un casco».

En paralelo a las «vías ferratas», el barranquismo también se ha ido abriendo paso, bien en seco o con agua. En la provincia son 8 las rutas para practicar esta modalidad, «las más populares la del Infierno en Pego y la del Abdet, que además tiene pozos que se pueden ir saltando».

De día y de noche. Las cimas de la provincia también congregan a un buen número de personas al caer la noche para «vivaquear» o dormir al raso, una práctica que va en aumento «a pesar de que la legislación en la Comunidad Valenciana prohíbe pernoctar en lo alto de la montaña», señala el presidente de la federación valenciana.

Pero sin duda, a juicio de Francisco Durá, la actividad de montaña que más público mueve cada año en la provincia es el senderismo. En Alicante hay 195 rutas balizadas de hasta 10, 50 y más de 50 kilómetros. Ayuntamientos, instituciones públicas o particulares son los promotores y encargados de señalizar correctamente cada uno de estos recorridos y desde la federación «nos encargamos de inspeccionar que estén debidamente marcados». En la web de esta agrupación -www.femecv.com- aparecen detallados todos los senderos de la provincia, catalogados por número de kilómetros, grado de dificultad y localización.

Una buena orografía

La orografía de la provincia de Alicante, la segunda más montañosa de España, también lo pone fácil para la práctica del deporte de altura más clásico, la escalada. «Tenemos una provincia muy montañosa, con 25 cumbres de más de 1.000 metros, y además de roca calcárea, perfecta porque es muy adherente», señala Francisco Durá. El buen clima, como siempre, también acompaña. «En Alicante se puede escalar los 365 días del año. Si llueve en el norte, seguro que en la zona de la Vega Baja hace buen tiempo y eso a los extranjeros les encanta».

Según la página web de la Diputación provincial www.senderosdealicante.com, en la provincia de Alicante hay 14 cumbres para practicar escalada. El Cabeçó d´Or, el Puig Campana o el Peñón de Ifach son los que más tirón tienen. Una modalidad deportiva cuya práctica aumenta, pero de una forma más sosegada. Y es que, a juicio de Durá, «conlleva más peligros, hace falta estar en muy buena forma y requiere de más tiempo, ya que una jornada de escalada se puede prolongar durante 8 horas». La fiebre por los deportes de montaña también está teniendo su reflejo en las ciudades, con el auge de rocódromos a los que acuden los aficionados para ponerse en forma y después enfrentarse a una montaña. «La gente viene como si fuera un gimnasio, se entrena y mantiene la condición física que requiere la escalada», apunta Julio Blázquez, propietario de la sala Bunder 10b+, en San Vicente del Raspeig. Cursos de iniciación, talleres para niños y un espacio para que libremente practiquen los escaladores expertos es lo que ofrecen este tipo de espacios, a los que cada vez acuden más deportistas, sobre todo en los dos últimos años.

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