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Sebastián Mora

«El problema no es ver la luz al final del túnel, sino la gente que se va a quedar dentro»

«Pido que la política esté al servicio del bien común, en especial de los más pobres», sostiene

Sebastián Mora ofreció una conferencia al miércoles en el Club INFORMACIÓN. antonio garcía

Cáritas en la diócesis Orihuela-Alicante cumple 50 años ¿Cómo ha cambiado la labor de esta entidad en medio siglo?

En lo externo mucho. Organizativamente y cuantitativamente ha cambiado mucho. También ha cambiado estratégicamente. De una Cáritas que repartía la leche del pueblo americano a una Cáritas con un entramado organizativo muy potente, con una capacidad de análisis muy fuerte y con una potencia en los medios de comunicación grande. Ha cambiado en todo, pero no ha cambiado el espíritu que nos sostiene, el compromiso con los más pobres, las ganas de cambiar la realidad, el estar básicamente formados por voluntarios, el estar incardinados en las parroquias, sentirnos iglesia, tener una visión de lo puntual y también de lo global. Todo esto no ha cambiado.

¿Por qué surge Cáritas?

El origen está en la acción católica, que después de la posguerra se organizó para repartir la leche y el queso del pueblo americano. Era una época de mucha hambruna y se necesitaba una organización que reticularmente estuviera en todos los sitios y en aquella época era la iglesia quien podía hacerlo. La acción católica, sobre todo la femenina, se organizó para esto. Después se fundó Cáritas internacional. En españa desde finales de los 50 esa acción católica organizada se formó en Cáritas diocesana, que era una organización puesta al servicio de la caridad, pero distinta de otras organizaciones.

¿Los actuales niveles de pobreza están devolviendo a Cáritas a sus orígenes?

Es difícil y una tentación hacer esa afirmación. Ni cuantitativamente ni cualitativamente la pobreza de los años 50 es la pobreza que vivimos ahora y eso no significa que sea mayor o peor, es distinta. Hace 50 años era un ámbito de pobreza más rural, con una pobreza cultural mayor y con más falta de servicios. No existía un mínimo de educación pública ni de sanidad. Sería muy osado e injusto decir que estamos peor que antes, que no lo es. Estamos en un momento distinto. Hay que valorar la pobreza que vivimos hoy desde los parámetros actuales y no desde los de los años 60.

¿Ven la luz al final del túnel?

El problema no es ver la luz al final del túnel, sino toda la gente que se va a quedar dentro del túnel. La luz al final del túnel la veremos, pero el impacto social de la crisis ha sido tan intenso que el túnel está lleno de gente. Es como un terremoto, cuando ya no hay más réplicas pero debajo de los escombros queda mucha gente. Es una labor desescombrar y no sólo de decir que como no hay temblores, vemos la luz. La luz no ilumina a todos los que se han quedado en el túnel y como Cáritas no nos lo podemos permitir, porque nuestra misión es estar con los que están dentro del túnel para sacarlos.

¿Qué le pide a los ayuntamientos que salgan de las elecciones del 24 de mayo?

Que la política esté al servicio del bien común, en especial de los más pobres.También que la política no sólo esté al servicio de los intereses económicos o de esa luz económica, sino al servicio de las personas. Que la política no sea un mero gestionar cosas, dineros y procedimientos financieros, sino que sea gestionar el bien común de las personas. Ahora mismo la política está al servicio de la economía y no la economía al servicio de las personas. El segundo punto es que debemos poner atención en cuidar la protección básica a las personas más vulnerables en tres ámbitos. Protección social básica a través una renta mínima para aquellos hogares que no la tienen; potenciar y fortalecer la educación como un ansia de futuro y potenciar y fortalecer la sanidad, que es lo que ha demostrado que tiene un mayor poder de igualación e integración.

Desde Cáritas en la provincia han lamentado muchas veces que el peso de toda la ayuda a los afectados por la crisis esté recayendo sobre los hombros de las ONG, ¿comparte esta denuncia?

El 70% de las personas que atendemos en las Cáritas parroquiales vienen derivadas por los ayuntamientos. Eso significa que los ayuntamientos no están resolviendo las necesidades de 70 personas de cada cien y eso es una barbaridad. Cáritas no está para sustituir al Estado, está para acompañar a los más pobres en una labor de colaboración con la administración.

¿Qué opina del drama que estamos viviendo con la inmigración en el Mediterráneo?

Desde Cáritas hemos planteado tres cosas. La primera el dolor. Estamos en una sociedad que no llega al dolor de la gente. Ya lo dijo el Papa en Lampedusa, ¿por qué no lloramos por lo que está ocurriendo? En segundo lugar, la indignación, que es básica para ponerse en movimiento. Y la tercera una incidencia política. Debemos de decir que basta ya. Esto está en manos de los gobiernos. Seguro que no se puede solucionar a corto plazo, pero es que ni siquiera está en las agendas del largo plazo. Hay que hacer algo y ese algo no pueden ser sólo políticas policiales ni militares, tienen que ser políticas de cooperación y de apoyo humanitario.

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