«Era muy guapa», observa rotunda Ángela, de 85 años, cogiendo la foto de joven de su hermana Pilar Lanuza, que acaba de celebrar en Alicante su 100 cumpleaños rodeada de su familia. Y lo corroboran las sobrinas que les hacen compañía en el domicilio en el que reside desde hace muchos años, en Benalúa. «Pero no se casó nunca, por eso ha llegado a centenaria», comentan en tono de broma. Pilar escucha. Cuenta que tuvo novios pero que nunca echó de menos casarse o tener niños porque tenía varios sobrinos que vivían en el mismo edificio. «Le gustaba jugar con ellos pero que luego se fueran», dice su hermana.
La propia Pilar recuerda que le gustaba ir a la feria de Sevilla, donde vivió siete años de joven al ser una de las ciudades a la que trasladaron a su padre, y que disfrutaba con la Semana Santa y con los viajes. «Estuve en Suiza, en Italia, en Marruecos, en Canarias...Tenía un puesto alto y trabajaba mucho. Estaba en un despacho con gente a mi cargo. He sido funcionaria toda la vida, más de 30 años, primero en el Ministerio de Comercio, luego en Hacienda. ¿Si he sido pionera? Pues creo que sí. Y muy moderna, de las primeras que fumé», relata. Sus sobrinos (tiene unos veinte) lamentan que nadie se haya acordado en Hacienda de ella en su centenario.
Pilar ve la tele y siente curiosidad por noticias impactantes como el accidente de avión en Los Alpes o «los accidentes organizados», dice sobre los atentados. De Fraga no se acuerda pero sí de Carrillo. De Rajoy dice que fue un ministro de derechas. Aunque desde el año pasado va en silla de ruedas, cada tarde sale a la calle con su familia a merendar a una cafetería de Benalúa, donde todo el mundo conoce a una mujer adelantada a su época que nunca quiso sacarse el carné de conducir.
