Los vecinos del Barrio Obrero se reunieron ayer con el alcalde para trasladarle su preocupación por el plan urbanístico que prevé edificios de hasta diez alturas frente a sus casas y que la Conselleria de Infraestructuras ha aprobado definitivamente, pese al compromiso de la exalcaldesa con los vecinos. El alcalde, Miguel Valor, aseguró que pedirá informes técnicos municipales y los trasladará a la Conselleria de Infraestructuras para tratar de «buscar una solución».