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Aventura polar

Un universitario en el Ártico

Un estudiante de la UA llega a Cabo Norte tras superar retos y técnicas de supervivencia en la Polar Raid

Un universitario en el Ártico

Sueño cumplido. La meta consistía en llegar a Cabo Norte tras superar, por equipos, una serie de retos que exigen aplicar técnicas básicas de supervivencia en la nieve, como la capacidad de orientación, construir un iglú a modo de refugio, o pescar sobre lagos y ríos helados. Miguel Ángel de la Fuente, el único expedicionario de la Comunidad en la Polar Raid 2015, salió de la Universidad de Alicante con la ilusión de ver una auténtica y gran aurora boreal y lo ha conseguido, entre otras «hazañas».

Pese a las grandes dificultades que entraña sobrevivir en el Ártico, lo peor de su aventura confiesa que sucedió en el viaje de ida Madrid-Helsinki: «Un fallo en los motores nos retuvo más de dos horas dentro del avión». Pero a comienzos funestos, excelsos finales. Ha logrado coronar el Cabo Norte y ha ido en trineo tirado por huskies, de lo más emocionante.

En Inari, el tercer lago de mayor superficie de Finlandia, «la vista es increíble, un mar congelado a nuestros pies por donde discurren incluso tractores de gran tonelaje», comparte con INFORMACIÓN desde su destino polar.

Aurora boreal

Con la primera aurora boreal no tuvo suerte, «la intentamos cazar por la noche pero el tiempo no acompañaba y una gran nubosidad nos impidió ver ese impresionante efecto de la naturaleza». Finalmente lo logró: «Ya antes de partir imaginaba algo increíble, como un juego de luces que invade el cielo nocturno», comenta.

De la Fuente se graduó en Madrid pero se trasladó a Alicante para cursar el máster de Planificación y Gestión de Riesgos Naturales, atraído por «el prestigio del profesorado, de los mejores incluso a nivel internacional, como son Antonio Gil Olcina y Jorge Olcina», afirma.

Las pruebas de selección de la Polar Raid fueron «muy duras», pero logró la beca de la Generalitat y, una vez allí, con polainas, bastones y raquetas de nieve, ha recorrido marchas de dos horas practicando técnicas de supervivencia y demostrando que se las puede arreglar en un área tan bella como inhóspita. «Hemos construido un iglú, hecho fuego, pescado en lagos helados y montado tiendas de campaña».

El objetivo de esta expedición patrocinada por Universia, el portal de internet de las universidades españolas y latinoamericanas, «no es una competición, sino una experiencia de convivencia y aprendizaje», explican.

La última travesía polar, de nuevo con raqueta por el plateau de la Isla de Magerøya, les llevó hasta un gran lago congelado donde instalaron «un auténtico campamento polar» para pasar la noche.

Lagos congelados, fiordos, grandes extensiones vírgenes y un completo ecosistema ártico era el escenario que ofrecía Magerøya. «El inmenso paisaje invernal, las auroras boreales y la sensación de aislamiento total, convierten la instalación del campamento polar en una experiencia ártica única», concluyen responsables de la expedición.

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