Los pacientes crónicos son los principales perjudicados por la falta de estos medicamentos, muchos de ellos de uso frecuente y sin genérico. Los enfermos se ven obligados a volver a su médico de familia para que les ajuste el tratamiento o directamente se lo cambie.
Desde la Asociación Española de Cáncer de Tiroides se ha estado denunciando estos últimos meses los problemas de desabastecimiento que ha sufrido la hormona tiroidea. Muchos pacientes se han visto obligados a cambiar de medicamento. Esta asociación recuerda que, dado el estrecho margen terapéutico de la levotiroxina, en el caso de que sea necesario cambiar de producto, «se puede hacer sin problema, pero es recomendable realizarse a los dos meses analíticas y revisar de nuevo los niveles objetivo de hormonas que garanticen la optimización terapéutica». Desde esta entidad señalan que los pacientes más afectados por el cambio de medicación son los niños y embarazadas, «pero también pacientes de cáncer de tiroides que estén llevando una terapia de supresión hormonal, personas con depresión o algún problema cognitivo o de salud mental y personas muy mayores». Desde la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña también advierten de que «la interrupción repentina de un tratamiento puede tener consecuencias negativas sobre el control de las enfermedades, pudiendo llegar a ser graves o muy graves en algunos grupos de pacientes de especial riesgo».
