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La Fundación CAM pondrá en marcha un Monte de Piedad para elevar sus ingresos

La entidad alicantina se suma así a las herederas de la Obra Social de Bancaja o Caja Madrid, que ya obtienen gran parte de su presupuesto por esta vía

El presidente (en el centro) y varios de los patronos de la Fundación CAM en la sede de la misma. JOSE NAVARRO

La CAM vuelve a sus orígenes o, al menos, ésa es la voluntad de la fundación que ha heredado su Obra Social y que pretende poner en marcha un Monte de Piedad con el doble objetivo de ayudar a aquellas familias que pasan apuros y no consiguen crédito por la vía normal y, sobre todo, conseguir una nueva fuente de ingresos para la institución. Ésta es una de las principales medidas que el máximo responsable de la fundación, Matías Pérez Such, propondrá dentro del plan estratégico de la institución para los próximos cinco años, que debería ser aprobado por su patronato en las próximas semanas.

De esta forma, la CAM recuperaría su objetivo fundacional nada menos que 140 años después, ya que la entidad nació en 1875, precisamente, como Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy.

La idea de recuperar esta actividad de concesión de pequeños préstamos a cambio de prendas surgió, según reconoce el propio Pérez Such, a raíz de comprobar su rentabilidad en otras entidades que todavía la conservaban. Por ejemplo, la fundación heredera de Bancaja se permitirá duplicar su presupuesto de funcionamiento este año gracias, sobre todo, a los ingresos procedentes de su montepío, que en 2013 le reportó más de 2,7 millones de euros.

En el caso de Caja Madrid las cifras son aún mayores. En el mismo ejercicio logró 12,5 millones gracias a los empeños de sus casi 60.000 clientes y, de hecho, tan rentable resulta que el Santander no tuvo reparo en pujar por asumir su gestión el año pasado cuando Bankia decidió salir de la misma.

La CAM, por el contrario, dejó de prestar este servicio hace ya bastantes años e, incluso, había otras cajas que se estaban planteando ocupar este hueco abriendo una delegación en la provincia ante la demanda existente, según apunta el presidente de la institución alicantina.

Asesoramiento de la CECA

En la Fundación CAM llevan varios meses madurando la idea y recabando información bajo el asesoramiento de Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), de la que todavía forman parte. También han recibido ofrecimientos de colaboración de otras fundaciones similares, como la de Ibercaja, que se ha prestado a dejarles su programa informático. Según los cálculos realizados, con un volumen de unos 10 millones de euros en micropréstamos -una cifra asequible en su primer año de funcionamiento, según Pérez Such- se podrían conseguir unos 600.000 euros de beneficio, que irían directamente a financiar la actividad cultural y social de la institución. La cantidad aumentaría a medida que el negocio se asentara.

La intención final es conseguir que estos ingresos contribuyan a equilibrar las cuentas de la fundación, actualmente muy deficitarias. Un objetivo que se espera alcanzar a partir del próximo ejercicio.

Al respecto, la Fundación CAM ya ha logrado reducir durante el último año en más de dos millones de euros sus gastos anuales de funcionamiento a base de renegociar con proveedores y de recortar partidas externas. Aún así, todavía necesita más de cuatro millones para cerrar sus cuentas sin registrar pérdidas.

Su principal fuente de ingresos siguen siendo los intereses que obtiene por los aproximadamente 68 millones de euros de tesorería con los que cuenta y a los que confía sacar más rendimiento buscando productos de inversión financiera más atractivos, aunque siempre sin asumir riesgos. Por este lado, aspira a garantizarse unas ganancias de entre 2 y 2,5 millones de euros.

A esto hay que sumar otra pequeña partida procedente del alquiler de varios locales. En concreto, la Fundación CAM es poseedora del edificio donde se encuentra la dirección territorial del Sabadell en Murcia y seis plantas en un edificio de oficinas de Alicante que pueden proporcionar un máximo de 200.000 euros al año. Por eso, necesita conseguir una nueva fuente de ingresos, aunque también es más que probable que sea necesario realizar algún tipo de ajuste para reducir aún más los costes.

Lo que quieren evitar a toda costa sus máximos responsables es verse obligados a vender parte de sus inmuebles, algo que, además, resultaría más complicado. En cuanto a la otra vía de financiación posible, la entrada de patronos privados, desde la Fundación consideran bastante complicado en estos momentos que haya empresas dispuestas a invertir, aunque siguen trabajando para convencerlas.

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