La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) alertó ayer de que «ya hay pruebas científicas suficientes para afirmar que el grado de pobreza infantil alcanzado en España dejará efectos indelebles en la salud de los niños a lo largo de su vida».

En un documento hecho público ayer, la SESPAS, que agrupa a doce asociaciones científicas y médicas de toda España, ha advertido que «cuanto más precoz es la exposición, más irreversibles y definitivos son los efectos negativos». Tras recordar que en España el número de familias con menores que acuden a ONG's en busca de ayuda para cubrir sus necesidades básicas, sobre todo de alimentación, se ha triplicado desde 2007, la sociedad médica-científica denuncia que «hay evidencia de una peor salud general y peor salud mental en los menores de familias vulnerables que requieren ayuda para mantener su vivienda o que han sido desahuciados».

El presidente de esta sociedad, el alicantino Ildefonso Hernández, señala que hasta el momento se ha dado la voz de alarma desde la vertiente social, «pero ahora desde la medicina nos hemos querido sumar y advertir que los problemas de nutrición que sufren los niños tendrán efectos en su futuro desarrollo cognitivo, en su salud mental y en la aparición de enfermedades como la diabetes o dolencias cardiovasculares, por ejemplo».

Hay que recordar que las cifras que manejan tanto las entidades solidarias como de los organismos oficiales, apuntan a que en la provincia hay 89.800 menores viviendo en el umbral de la pobreza. «Si continúa la tendencia al aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza infantil, en las futuras generaciones aumentará la prevalencia de problemas de salud, y de personas en mala situación económica y laboral», advierte la SESPAS.

Por estos motivos, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria ha solicitado a los gobiernos y a las administraciones públicas «la aplicación de medidas urgentes para combatir los efectos de la pobreza infantil sobre la salud en la crisis económica actual». Un político, explica Hernández, «no sólo se tiene que ocupar del corto plazo, habría que designar gabinetes de crisis para abordar este problema y los ayuntamientos deberían destinar a personal para hacerse cargo de la situación». La evidencia muestra, asegura la SESPAS, que «la exposición durante la infancia a situaciones de privación y de desigualdades sociales se asocia a peores resultados en salud a corto, medio y largo plazo».