Muchos no saben en qué barrios de Alicante se concentran las principales bolsas de pobrezabolsas de pobreza, de dónde saca el Gobierno el dinero para pagar a los parados o cuáles son las causas de las desigualdades sociales. La asociación Despensa Solidaria está desarrollando este año un programa de sensibilización en distintos institutos de la ciudad para concienciar a los jóvenes del problema de la pobreza y la exclusión en Alicante.
La campaña está recorriendo este año siete centros educativos, orientada a los chicos de entre 12 y 16 años, y sus responsables se llevan más de una sorpresa cada vez que visitan un aula. «En general se sorprenden mucho cuando les hablas de las bolsas de pobreza que hay en Alicante, porque muchos de ellos no saben ni siquiera el nombre de los barrios en los que ésta se localiza», señalan Virginia Tomás y María Soler, voluntarias de Despensa Solidaria y responsables del proyecto. Durante las charlas, Tomás y Soler intentan hacerles comprender que «la pobreza es un fenómeno que le puede pasar a cualquiera, cualquier persona de su entorno la puede sufrir». De hecho, las voluntarias recuerdan, «cómo una chica, tras una de las charlas, se quedó para hablar con nosotras y contarnos que su madre estaba pasando por muchas dificultades porque estaba separada y no tenía trabajo y comían gracias a lo que les daban los vecinos porque a ella le daba vergüenza pedir comida a las ONG». Cuando se les pregunta a los jóvenes qué harían si se pusieran en la piel de una persona que está pasando por esta situación, «unos nos dicen que prescindirían del móvil, otros que se comprarían menos ropa...».
Las voluntarias de Despensa Solidaria también se han encontrado con más de un prejuicio dentro de las aulas. «Algunos chicos dicen que hay mucha gente aprovechada que vive de los subsidios y nosotros les hacemos ver que no es así, que los subsidios, como la comida, tienen fecha de caducidad». Respecto a los culpables de esta situación, los estudiantes parecen tenerlo claro. «En general nos dicen que la culpable de todo es la corrupción, que si no se hubieran llevado el dinero las cosas serían diferentes». Las voluntarias de Despensa Solidaria aprovechan para decirles que «si bien la corrupción influye, hay una estructura social que hace que haya personas que tengan difícil la integración». En general los jóvenes también desconocen de dónde saca el Gobierno el dinero para pagar los subsidios de desempleo. «Entonces les explicamos la importancia de pagar impuestos y la necesidad de hacer esfuerzos en tiempos de crisis», explican Virginia Tomás y María Soler.
La colaboración con los institutos se está llevando a cabo en dos niveles. «En una primera fase contactamos con los tutores y delegados de curso a quienes les ponemos un audiovisual sobre qué es la Despensa Solidaria y un corto de animación en el que se cuenta la historia de una chica que pasa por una situación de pobreza», explica María José Solbes, presidenta de la asociación. El objetivo es que estos tutores y delegados de curso «trasladen la información a sus alumnos, ya que paralelamente organizamos en los centros una recogida de alimentos durante 15 días». En una segunda fase, «y en el caso de que nos lo soliciten vamos a clase y mantenemos durante una hora una charla debate con los jóvenes». En ella, afirma Solbes, «les hablamos de la asociación, de cómo funciona, de cuál es la situación de la pobreza y, sin buscar culpables, establecer las causas de la misma». Todo desde un doble mensaje. «Por un lado la denuncia y por otro hablar de soluciones, de la importancia que tiene que estudien para entrar en el mercado laboral y no caer en la exclusión». Otro de los objetivos del proyecto de sensibilización es mostrar a los chicos «que tienen en su mano ayudar». Algo a lo que todos reaccionan de una manera muy positiva. «Enseguida te dicen que quieren venir a la asociación a echar una mano», señala Solbes.
Despensa Solidaria entrega cada semana productos de primera necesidad a 200 personas (40 familias) de la ciudad de Alicante.
