El Chrysler 300C azul marino y de alta gama que el Ayuntamiento adquirió a finales de 2005 por 66.403 euros para el exalcalde Luis Díaz Alperi, y que desde su marcha había pasado más tiempo en las cocheras municipales que en la carretera, de hecho sólo ha recorrido 50.000 kilómetros, tiene nuevo dueño. Se trata de un coronel en la reserva, Luis de Tiedra, jefe militar cuando se fundó en 1984 el Grupo de Operaciones Especiales 3 o «boinas verdes», hoy Mando de Operaciones Especiales con sede en Rabasa, y que está jubilado, quien pagó 7.000 euros por el coche.
El flamante propietario, que quiere el coche para viajar a su pueblo natal, Toro, en Zamora, acudió con su hijo a la subasta en el pabellón Pitiu Rochel, a la que asistieron unas 200 personas. En el lote había 70 turismos, motos y furgonetas, la mayoría procedentes de embargo o impago. El coche oficial de Alperi era la perla puesto que, de los demás, la mayoría partía con un precio de salida de 100 euros que iba subiendo de diez en diez porque suelen ser adquiridos para desguace. Subastado por orden del actual regidor, Miguel Valor, por los excesivos gastos que generaba, su puja despertó expectación.
Aunque el precio de salida del Chrysler era de 150 euros, en la primera oferta creció a 2.000 euros, y a partir de ahí, de mil en mil, se elevó en segundos a 6.000 euros. Ahí se paró, y de nuevo subió de diez en diez euros hasta 6.040 euros. En ese momento, el militar en la reserva ofreció siete mil euros, y le fue adjudicado al no haber más ofertas.
Luis de Tiedra pagó a tocateja y con billetes de 500 euros, la cantidad acordada y salió con el justificante. «No soy de un desguace, soy un particular al que le ha gustado el coche», explicó el militar en un primer momento. Luego indicó que alguien le había dicho que iba a salir a subasta un Chrysler en muy buenas condiciones y muy cuidado, y que él ha tenido un coche de la misma marca durante 15 años que le ha dado un gran resultado, por lo que pensó en acudir, por primera vez, a una subasta. Más tarde confesó que había leído en INFORMACIÓN que lo había conducido el chófer de Alperi, y que él mismo había ido una vez en el vehículo tras un acto oficial.
El nuevo dueño, que fue también comandante ayudante del último gobernador militar que tuvo Alicante, recibió numerosas felicitaciones de otros participantes en la subasta. «Me ha salido muy bien, porque venía pensando incluso en dar un poco más, hasta 10.000 euros». Padre e hijo se fueron hasta el depósito municipal de vehículos, donde estaba el coche con las llaves, pero no pudieron llevárselo aún porque no le quedaba batería y tiene que pasar la ITV.
También se interesó por el vehículo un afiliado a Podemos en Alicante que, a título particular, quería adquirir el Chrysler para ponerlo a disposición de su partido en la campaña electoral como símbolo, dijo, del derroche y la corrupción. Su intención era pintarlo y «con la bandera de Alicante y otra de Podemos, hacer ruido», explicó el afiliado, Ignacio Rivera, cuyo intermediario abandonó la puja en 6.000 euros al elevarse demasiado. Horas después, le hicieron una contraoferta al nuevo dueño por 12.000 euros, pero la rechazó. «Es un coche nada práctico, hortera y de mal gusto. Sólo lo llevaría un torero, una persona ostentosa o un político corrupto, pero habría sido una buena estrategia de campaña para evidenciar el despilfarro».
