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Colas de 45 minutos en el aeropuerto por la nueva norma antiterrorista

Una directiva de la Comisión Europea obliga desde ayer a inspeccionar el material electrónico de los viajeros e impone revisiones

Colas de 45 minutos en el aeropuerto por la nueva norma antiterrorista

«Por favor, quítese las botas y, además, saque el secador de pelo de la maleta». La instrucción fue una de las muchas que recibieron ayer los pasajeros que iban a coger un vuelo en el aeropuerto de Alicante y Elche, donde desde ayer se han incrementado todavía más los controles de seguridad incrementado todavía más los controles de seguridad tras la entrada en vigor el domingo de una nueva directiva de la Comisión Europea. El domingo pasó desapercibida por haber menos tráfico pero ayer las colas y tiempos de espera llegaron a ser desesperantes pese a que Aena asegura que ha reforzado el operativo de inspección, que a nivel estatal le va a costar 17 millones de euros.

Pese a la profesionalidad y experiencia de los inspectores en la terminal alicantina, acostumbrados a trabajar muchos días con puntas de cientos de turistas camino del avión de regreso a sus países de origen, el aumento de los controles provocó ayer demoras de hasta 45 minutos desde que el pasajero llegaba al punto de control hasta que, por fin, abandonaba la zona con destino a la puerta de embarque. Tres cuartos de hora si al final de cruzar el escáner eras también el elegido, aleatoriamente, por el personal de seguridad para abrir el equipaje de mano. Desde esta semana, planchas y secadores de pelo, cámaras fotográficas, ordenadores y hasta juguetes a pilas son objeto de una inspección específica en los equipajes de mano de los viajeros tras la entrada en vigor de la nueva normativa europea, que refuerza las medidas de seguridad. Conclusión: desde ayer al aeropuerto hay que ir con tiempo y paciencia.

Bruselas asegura que las investigaciones han demostrado que los terroristas internacionales están desarrollando nuevos modos para ocultar artefactos explosivos en los equipajes de mano y por ello la Comisión Europea ha decidido reforzar los controles en los aeropuertos, infraestructuras especialmente sensibles. El objetivo es mejorar la prevención ante la amenaza de que alguien pretenda introducir artefactos explosivos improvisados ocultos en el equipaje de mano.

El reglamento obliga a inspeccionar el equipaje de mano que contenga ordenadores portátiles y otros artículos eléctricos de gran tamaño en determinadas condicionales. Además, el personal puede seleccionar de forma aleatoria a un determinado viajero.

Entre los nuevos aparatos que se incluirán en la inspección y que deben de ser analizados por separado en el control se encuentran las cámaras fotográficas, cámaras de video, ordenadores, móviles, walkman, CD, calculadoras de bolsillo, tablets, así como dispositivos eléctricos como las planchas de mano, las planchas de pelo, secadores, juguetes a pilas o máquinas de coser portátiles, entre otros.

Desde Aena se insistió ayer en que el procedimiento se realiza con garantías y comodidad para el pasajero, y para ello se han reforzado los puestos de control con personal adicional, que no ha sido cuantificado, para que los servicios de seguridad logren dar respuesta a las nuevas necesidades. Con ello se prevé que el tiempo de espera en esos controles no aumente, sino que la calidad del servicio sea la máxima posible. Para preservar la privacidad del pasajero se dispone de mesas con laterales elevados que evitan que sus pertenencias queden a la vista del resto de los viajeros.

Por otro lado, sigue vigente la normativa sobre transporte de líquidos en el equipaje de mano en los aeropuertos. Está prohibido transportar aerosoles o envases con líquidos, cremas, geles o sustancias similares que superen los 100 mililitros de capacidad. Los envases con líquidos o similares deberán ir en una bolsa de plástico transparente que se pueda abrir y cerrar y de capacidad no superior a un litro.

Desfibriladores

Por otra parte, Aena ha formado a 60 trabajadores para que actúen en el caso de necesitar utilizar los 14 desfibriladores que se han instalado en diferentes puntos de la terminal por si se produce alguna emergencia en caso de que alguna persona sufra un infarto de miocardio. El personal es voluntario y pertenece a las empresas que trabajan en la terminal. La reanimación cardiopulmonar es clave en caso de alguien sufra una parada cardiaca.

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