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Educación separará por plantas a los alumnos del colegio y del Instituto Exterior

Los arreglos del edificio tratan de evitar disfunciones entre niños y jóvenes

Representantes del centro Radio Exterior, ayer, en Educación. héctor fuentes

Las aulas del colegio Almadraba se van a situar en la planta baja y las del Instituto Radio Exterior en la de arriba, como solución propuesta por la dirección territorial para evitar las disfunciones que se producen en la convivencia diaria de hasta un millar de alumnos de edades tan dispares en el mismo edificio escolar.

Representantes del centro de Secundaria mantuvieron ayer una reunión con el responsable provincial de Educación, Pablo Ortega, para hacerle llegar de primera mano los problemas que provoca la confluencia de todos los niveles educativos en un centro que originalmente se erigió como instituto.

«El proyecto para adecuar los espacios no está cerrado. Además de sumar doce aulas para el colegio, contempla una división estratificada por plantas, arriba el instituto y abajo el colegio. También he garantizado a ambos directores, y a los representantes de padres, que el autor del proyecto les recibirá para que le trasladen sus sugerencias», explicó Ortega.

La comunidad educativa del colegio de Infantil y Primaria se muestra más conforme, pero en el instituto de Secundaria se sienten «abandonados» porque todo el crecimiento añadido dentro del edificio se contempla inicialmente para el colegio «y la pérdida de zonas comunes como la cantina por el comedor escolar, o la biblioteca y los laboratorios, siguen complicando nuestra situación. Somos ya la segunda generación de estudiantes que dejará este centro habiendo recibido menos calidad de enseñanza que compañeros de otros centros y el ruido añadido de cientos de niños en el recreo mientras nosotros trabajamos tienen difícil solución», se lamentaba el portavoz estudiantil Iván Zalinkevicius, a la salida de la reunión.

Insonorizar

El jefe territorial apuntó la posibilidad de insonorizar algunas áreas, una vez que se conozca el proyecto de reordenación del edificio que está previsto que se ejecute en el plazo de un año. «Lo que no puedo garantizar es que tras estas medidas desaparezcan por completo los roces en los pasillos, ni garantizar la totalidad de los espacios, como la biblioteca o algún laboratorio más para Bachilleratos, porque esto dependerá de la evolución de la matrícula escolar en la zona», precisa Pablo Ortega.

Separar ambas comunidades educativas por plantas parece descartar la posibilidad inicialmente prevista de convertirlo en el primer centro integrado público con todos los niveles educativos, desde Infantil a Bachillerato, aunque en la práctica será de esta forma.

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