El Ayuntamiento de Alicante reforzará la presencia de la Policía Local en las calles del Casco Antiguo a partir del jueves ante las crecientes quejas contra el botellón que llevaron a los vecinos del barrio a organizarse en patrullas ciudadanas durante el pasado fin de semana con la intención de atajar esta práctica y el vandalismo que, denuncian, lleva aparejada. El concejal de Seguridad, Juan Seva, asegura que la presencia policial se reforzará en los puntos críticos, como el entorno de la plaza del Carmen, y que se cerrará el acceso a la muralla desde el Portón durante la noche para evitar que los grupos de jóvenes suban allí a beber.
Al respecto, los vecinos de Santa Cruz denuncian que algunos vándalos lanzan botellas y otros objetos desde esa pasarela hacia las calles del barrio. Se trata de un acceso a la muralla que es utilizado por los turistas. De ahí que, según Seva, únicamente se cerrará con un candado las noches de los jueves, viernes y sábados, entre las 22 horas y las 6.30 horas de la mañana.
En cuanto al refuerzo policial, Seva asegura que al menos habrá dos parejas de agentes más en los puntos conflictivos que se sumarán «a la docena de agentes que es el dispositivo habitual de la Policía Local» que patrulla las calles del centro durante las noches de los fines de semana contra el botellón, el ruido y para el control de las terrazas. El edil de Seguridad asegura que la presencia policial en las calles del Casco Antiguo es habitual cada fin de semana y apunta que durante el pasado se levantaron 12 actas por consumo de alcohol y otras ocho por orinar en las calles del barrio. No obstante, incidió en que, ante el repunte de quejas vecinales, se reforzará la presencia de efectivos.
Los vecinos coinciden al denunciar la insuficiente presencia policial frente al creciente problema del botellón. La situación, aseguran, se ha vuelto insostenible, lo que llevó tanto a los vecinos de la parte baja del Casco Antiguo como a los de Santa Cruz a organizarse en patrullas para tratar de atajar el problema. Lo hicieron después de haber presentado escritos ante el Ayuntamiento sin obtener respuesta y tras la agresión sufrida por un vecino que recriminó a un joven que orinara en su puerta.
Los vecinos sostienen que su presencia en las calles tuvo un efecto disuasorio, pero inciden en que esa función le corresponde a la Policía Local. En ello coinciden también desde la Subdelegación del Gobierno, que asegura no tener constancia de la configuración de patrullas vecinales como tal. Fuentes de la Subdelegación agregan que las quejas deben trasladarlas a la Policía Local y aseguran que no les ha llegado petición de reunión alguna.
Los vecinos sí que han solicitado un encuentro con los responsables municipales para abordar el tema. «Hace tres meses que nos reunimos con ellos, pero la presencia policial sigue siendo insuficiente», sostiene el portavoz de la asociación de vecinos Laderas del Benacantil, José María Morán Berruti, quien incide en que las patrullas ciudadanas no están organizadas por la agrupación si no que se trata de una actuación espontánea ante el creciente problema del botellón. Este último reclama mayor vigilancia y plantea la idea de crear un «botellódromo» como el que hace unos años planteó el equipo de gobierno y que, finalmente, fue desterrado ante las críticas. «Sería bueno en una zona alejada de áreas habitadas», agregó.
Los vecinos reclaman que no decaiga la presencia policial con el paso de las semanas o, de lo contrario, advierten de que retomarán sus patrullas contra el botellón para tratar de atajar el problema.
