El alcalde, Miguel Valor, abordará con el obispo, Jesús Murgui, el escollo económico existente para lograr la cesión del antiguo asilo de Benalúa, que pertenece a la Diócesis y cuya propiedad el Ayuntamiento alicantino quiere rescatar mediante el sistema de permuta por unos terrenos municipales en avenida Historiador Vicente Ramos, en la Playa de San Juan. Hace unos años el PP quería ese inmueble para la Ciudad de la Justicia, pero los grupos de la oposición reclamaban un uso social o cultural para los vecinos del barrio.

La portavoz del grupo municipal popular, Marta García-Romeu, adelantó ayer a los portavoces del resto de grupos municipales la pretensión del equipo de gobierno de llevar al pleno ordinario del próximo día 28 de enero la aprobación del convenio de expropiación, que no está cerrado puesto que hay diferencias en la valoración: el informe económico de los técnicos aún no está cerrado y temen en el Ayuntamiento que la propuesta no satisfaga del todo al Obispado. Esta discrepancia valorativa es lo Valor cree que puede solucionar con el obispo.

Desde el grupo municipal de Esquerra Unida explicaron que en el terreno que el Ayuntamiento quiere permutar con la Diócesis por el asilo benaluense estaba prevista una promoción de vivienda pública por parte del Patronato Municipal de la Vivienda, que se llegó a aprobar por parte del Ayuntamiento pero que se dejó en suspenso por la falta de dinero, y que ahora parece que se abandona.

«Vamos a ser muy duros con este tema porque ese inmueble (en referencia al asilo) no era de la Iglesia sino del marqués de Benalúa, que se lo donó a la ciudad para que desarrollara una función social», apuntó el edil de EU Miguel Ángel Pavón. De hecho, el concejal de la oposición recordó que se intentó modificar el Plan General para cambiar la calificación del suelo del asilo de dotacional a residencial, aunque en la junta de portavoces García-Romeu indicó que a día de hoy la parcela sigue teniendo un destino dotacional.