La toma de posesión de Miguel Valor como nuevo alcalde de Alicante puso de manifiesto, como avanzó este periódico, una nueva etapa de las relaciones entre la Generalitat y la cúpula del PP con la ciudad. El objetivo es doble: limpiar la imagen de Alicante en unas elecciones decisivas para los populares y enterrar de forma definitiva la polémica época de Sonia Castedo al frente del gobierno municipal. Sólo con la asistencia de cargos y dirigentes del PP se evidenció el nuevo tiempo que se inicia cuando apenas restan cinco meses para echar el cierre al mandato municipal. Unos meses en los que la cúpula popular y el Consell coinciden en la necesidad de normalizar la vida del consistorio.

En la misma fila se sentó el jefe del Consell, Alberto Fabra, junto al vicepresidente y líder provincial del PP, José Císcar. Estaba en la sesión solemne la consellera alicantina Asunción Sánchez Zaplana, aspirante a encabezar la lista municipal del PP; y también Isabel Bonig, titular de Infraestructuras en el Consell y número dos de los populares valencianos. Acudió el delegado del Gobierno en la Comunidad, Serafín Castellano, un gesto de normalizar la relación con Madrid, como ya avanzó este periódico; y también la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, además de José Juan Zaplana, número dos de la cúpula provincial del PP y hombre fuerte del «aparato» del partido. Fuentes populares confirmaron que el objetivo es, a partir de ahora, que haya línea directa con Miguel Valor, un fuerte apoyo a Alicante como una plaza clave para la cita con las urnas y recuperar la relación con el Gobierno de España. Mirar al futuro para, sobre todo, evitar el pasado.

Ese fue, precisamente, el mensaje que lanzó ayer en Alicante Alberto Fabra. «La toma de posesión ha servido para transmitir normalidad. Dar cuenta de que el PP tiene un gran proyecto y un gran alcalde al servicio de la ciudad. Cabe mirar al futuro en una nueva etapa y no al pasado», aseveró el jefe del Consell. Remarcó su «reconocimiento a un grupo, a una persona y a un partido» por mostrar «la necesaria voluntad y compromiso que necesita la ciudad». «Miguel y el resto de concejales tienen que trabajar más si cabe y no mirar al pasado», dijo. «La ciudadanía -apuntó- si nos tiene que valorar será por lo que vayamos a hacer. El pasado, pasado está. Sirve de experiencia y para poner de manifiesto lo que hemos sido capaces de transformar una ciudad». A su juicio, Valor aportó «la normalidad, el compromiso y sobre todo su amor por Alicante». «Se ha comprometido a hacer fácil lo difícil y sencillo lo complicado. Al final, los ciudadanos quieren que se trabajen para mejorar su calidad de vida. Estoy seguro que Miguel Valor y su equipo van a estar día a día preocupándose por sus problemas», concluyó.