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A pie de calle

Los vecinos se ponen el delantal

La Prosperidad de San Gabriel abre el primer comedor social de Alicante gestionado por una asociación vecinal

Voluntarios del dispensario de alimentos descargando un camión. PILAR CORTÉS

Con una comida de Nochebuena abrirá sus puertas el día 24 un comedor social en San Gabriel, el primero gestionado por una asociación de vecinos en la ciudad de Alicante. Y es que los miembros de La Prosperidad de San Gabriel ya tienen experiencia en cuestiones solidarias pues llevan años gestionando un dispensario de alimentos que desde el barrio ayuda a unas 350 familias sin recursos con productos procedentes del Banco de Alimentos y del Fondo Español de Garantía Agraria, FEGA.

«Desde el dispensario de alimentos vemos tanta necesidad que nos hemos lanzado a abrir un comedor social para garantizar una comida caliente gratis a quien lo necesite», ha señalado el presidente de la asociación, Antonio Moya, desde las nuevas instalaciones de que dispone la asociación en el barrio, concretamente en la calle Joaquín César Asencio número 7 frente al barranco de las Ovejas, un antiguo parque infantil al que la asociación ha trasladado el dispensario de alimentos y que dispone de metros y dotaciones suficientes para abrir un comedor social con capacidad para 300 o 350 personas. Ahora bien, «dar de comer a esta cantidad de gente dependerá de las ayudas que consigamos, si no, tendrán que ser menos», señala Moya, al tiempo que solicita la colaboración de los vecinos para sacar el proyecto adelante. «Vamos a pedir ayuda de empresarios, entidades bancarias y de la administración porque en Alicante apenas hay comedores sociales y hay mucha gente que no tiene recursos o que gana 600 euros al mes y, después de pagar transporte, luz y alquiler no tiene ni para comer». De hecho, en la ciudad apenas hay comedores sociales, más allá del albergue de transeúntes y de entidades solidarias como el de La Sal de la Tierra.

Las instalaciones donde los vecinos de San Gabriel pretenden abrir el comedor social, cedidas por el inquilino anterior, Manuel Bañuls, disponen de un gran almacén para el dispensario de alimentos en el que el pasado miércoles los voluntarios colocaban los alimentos no perecederos así como 6.500 kilos de fruta procedentes del FEGA. Esta comida, sin embargo, ha de destinarse en su totalidad al reparto del dispensario «y no podemos tocar ni un kilo de arroz para el comedor hasta que el FEGA no nos apruebe en junio una partida destinada a ello».

De momento los vecinos pretenden abrir el comedor con dinero procedente de rifas y aportaciones solidarias «y hasta donde lleguemos». Además del almacén, el local cuenta con un comedor donde anteriormente se ubicaba la cafetería del centro de juegos infantil, así como de una cocina con varios fogones, despensa y servicios.«Espacio e instalaciones hay, voluntarios también, lo que necesitamos es ayuda para la comida, luz, agua y alquiler», reiteraba ayer el vicepresidente de la asociación de vecinos, Miguel García, mientras Jesús León, quien se va a encargar de la cocina, mostraba las grandes ollas con las que pretende dar de comer a los usuarios del futuro servicio.

Los vecinos confían en la solidaridad de empresas y particulares. «El domingo (hoy), por ejemplo, el Hércules va a donar alimentos y juguetes que recoja entre los aficionados que vayan al campo, algo que agradecemos muchísimo. Catorce voluntarios se colocarán en las puertas del estadio para ir recogiendo donaciones, y la asociación de taxistas también ayudará a traer la comida», ha indicado M0ya, quien asegura que «tenemos mucha ilusión de que el comedor funcione porque hay mucha necesidad, y si al principio sólo nos da para dar de comer a 10 personas, lo haremos».

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