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Las farmacias quieren realizar controles de enfermos a domicilio

Los boticarios plantean a Sanidad cobrar por acudir a casa del paciente a supervisarlo

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La caída de ingresos está obligando a los farmacéuticos a buscar vías alternativas de trabajo. En este sentido, los boticarios han pedido a la Conselleria de Sanidad que les reconozca su capacidad para desarrollar una serie de servicios profesionales y de esta manera poder cobrar por ellos. Entre estos servicios destaca la atención farmacéutica a domicilio, o lo que es lo mismo, que el boticario «se desplace a casa del enfermo para revisar el botiquín la medicación que toma», explica Fe Ballesteros, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Alicante. Otro de los servicios que esperan incorporar las farmacia son los sistemas personalizados de dosificación para los pacientes polimedicados. Los farmacéuticos preparan la medicación que se tiene que tomar el enfermo en blísteres personalizados que contienen toda la medicación semanal ordenada día a día.

El reconocimiento de estos servicios se tiene que realizar en el marco de la firma del acuerdo marco entre la Conselleria de Sanidad y los tres colegios de farmacéuticos de la Comunidad Valenciana. Un acuerdo que se está negociando en estos momentos y que tiene su mayor punto de fricción en que este documento recoja un compromiso por parte de la Administración sobre el tiempo que tardará de ahora en adelante en pagar las medicinas que dispensen las farmacias con receta. «Nos conformamos con que sean 30 días como marca la ley y como era antes de que estallara la crisis y se produjeran los impagos por parte de Sanidad», señala Fe Ballesteros. La conselleria quiere que este acuerdo esté firmado el próximo mes de enero y el próximo 15 de diciembre ha emplazado a los boticarios a una reunión.

Algunos de los servicios que quieren ofertar las farmacias a sus pacientes ya se venían realizando, aunque de una manera informal y sin estar remunerados. «Queremos que estos servicios sean reconocidos como profesionales y que los farmacéuticos seamos valorados como sanitarios de primer orden y no sólo como unas personas que están detrás del mostrador vendiendo medicinas».

También queda por perfilar cómo podrán cobrar los farmacéuticos por la prestación de estos servicios. «Cada comunidad lo hace de una manera», explica Fe Ballesteros. En el País Vasco, por ejemplo, «es la administración la que paga a la farmacia por los mismos». En otras autonomías «son las mutuas las que corren con el gasto o también las hay que cobran directamente a los enfermos». En este sentido, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Alicante cree que con el copago «los enfermos han cambiado el chip y ya han asumido que el gratis total no existe». Tampoco «la farmacia es ya lo que era», matiza Ballesteros.

Entre los servicios que quieren implantar de forma remunerada los boticarios figura la deshabituación tabáquica, «con la que se hace un test al paciente para ver su grado de dependencia del tabaco y en función del resultado se le aconseja el mejor tratamiento». Los boticarios también plantean realizar un cribado de enfermedades ocultas, como la diabetes o la hipertensión y realizar el seguimiento de los enfermos medicados son sintrom «ya que la prueba es muy sencilla y consiste únicamente en un pinchazo». También plantean instaurar un servicio de búsqueda de medicamentos en el extranjero, algo de lo que hasta el momento se ocupa Sanidad Exterior y crear una red de farmacias centinelas «para detectar incompatibilidades y otros problemas relacionados con los medicamentos».

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