Ventanales abiertos y una batería de contenedores frente a la fachada de los que rezuma líquido. Esa es la situación en la que se encuentra el palacio De Die, un edificio protegido a espaldas de la Concatedral de San Nicolás, después de que Urbanismo paralizara las obras para reconvertirlo en hotel ante la falta de licencia y los posibles daños al patrimonio. El portavoz de EU, Miguel Ángel Pavón, exige medidas, como el cierre de los huecos de las ventanas, para frenar el deterioro del inmueble.