Las máquinas excavadoras entraron ayer en la Explanada en medio de la curiosidad de los turistas y de los temores de vecinos y del personal de las oficinas que dan al paseo sobre los ruidos y molestias que generarán las obras para reparar el suelo, lleno de desniveles y hundimientos. Las excavadoras procedieron a «arrancar» y levantar un par de veladores fijos que aún quedaban anclados al firme y que los restaurantes a los que pertenecen no habían desmantelado, dado que el proyecto, presupuestado en 829.500 euros, contempla la modernización de la imagen de las terrazas de los locales de hostelería, con una unificación del diseño de las pérgolas.
Además, los operarios procedieron a retirar algunos bancos y a instalar el vallado de la zona afectada por los trabajos, en la que hay 14 negocios que cerrarán y cesarán en su actividad durante los dos meses de reforma del paseo lateral, la mayoría locales de restauración que ven incompatible seguir abiertos en medio de los ruidos, el polvo y otras molestias de la obra. Aunque aún no han empezado a picar el suelo, en los próximos días desaparecerá el pavimento actual de mármol rojo del lateral, que se sustituirá por otro de piedra natural en tono marfil, lo que dará un cambio radical a la apariencia del paseo y mejorará la seguridad de los peatones por sus características antideslizantes.
