La renovación del Defensor Universitario se ha convertido en un hueso duro de roer para la Universidad de Alicante. Los claustrales han vuelto a dar la espalda al tercer aspirante en cuatro años, en esta ocasión el profesor de Sociología Antonio Muñoz.

La presencia de claustrales dejó mucho que desear ayer, también una vez más. De 294 integrantes solo votó la mitad, 150; y 44 de ellos lo hicieron de forma anticipada, método introducido con la intención de mejorar unos resultados que se resisten como una especie de maldición, tal y como comentaban a la salida del Paraninfo muchos de los asistentes.

Muñoz logró el respaldo de 104 votos, de los 147 que necesitaba. Otros 45 fueron en blanco y uno nulo. Entre el colectivo de alumnos cosechó pleno, le apoyó el 100%, pero apenas asistieron 8 de los 80 representantes que tienen los estudiantes en el claustro. Por ello uno de los integrantes, Jaume Llorca, requirió del rector medidas concretas, y Palomar sugirió que para la próxima votación, prevista en el plazo de un año, en noviembre de 2015, la elección electrónica. «Todos tenemos que propiciar medidas por la participación y es un compromiso de todos lograr que sea más activa«, dijo.

El perfil ideal

El Estatuto universitario de la UA exige una mayoría de los miembros del claustro para la votación del defensor y, como sólo hace dos años que se aprobó la normativa, el rector opinó que «no es hora de modificarlo», sino de que la comunidad universitaria «se responsabilice». Así les respondió a los alumnos que le solicitaron alguna medida para evitar que una y otra vez se vote por el defensor sin llegar a buen fin.

Entre los docentes que salían del claustro era mayoritario el sentir de que la última reforma universitaria vació de poder a este organismo, que ya no tiene mano ni en el presupuesto, ni en la política académica ni científica. Sentirse convidado de piedra desmotiva, sin duda, pero tampoco dejaban de lado la ausencia, hasta el momento y tras cuatro votaciones fallidas, de una persona de consenso, altamente cualificada y que no se haya significado de forma partidista en su trayectoria en el campus.

El recuerdo de Rosa Ballester, la primera defensora que tuvo la UA, planeaba entre los consultados sobre el perfil que prefieren para renovar el cargo: mujer, doctora, afable, cualificada e independiente. Ahí es nada.

De momento Miguel Louis, el actual responsable de lidiar con los problemas de todo tipo que surgen en el ámbito universitario, para mediar y tratar de conseguir acuerdos entre los implicados para mantener un clima de armonía, prorrogará un año más un mandato, y ya van cuatro. Empezó en octubre de 2007 y que desde noviembre de 2012 intentó sustituirle Roque Moreno en dos ocasiones, Manuel Santana a continuación, y Antonio Muñoz ayer, sin éxito ninguno de ellos.

Así las cosas, no sería de extrañar que coincidieran en el tiempo las votaciones a rector y defensor.