El corte al tráfico por completo de la avenida de Villajoyosa, excepto para residentes, a partir de las siete de la mañana del lunes obligará a desviar las líneas de autobús (la 21 y la 22) que actualmente discurren por este vial en ambos sentidos. Tal y como avanzó ayer este diario, el corte de tráfico (entre la Isleta y Sangueta) se prolongará hasta el 20 de diciembre con el fin de acometer obras para reurbanizar la conocida como carretera de la Cantera y ensanchar las aceras a modo de paseo junto al litoral.

Los autobuses, en sentido al centro de la ciudad, se desviarán a la altura de la Isleta para tomar la avenida de la Albufereta, enlazar con la avenida de Dénia y llegar hasta Juan Bautista Lafora. En el sentido a las playa, lo harán a la inversa hasta llegar a la Isleta y proseguir con su itinerario habitual. Desde la Concejalía de Tráfico recomiendan a quienes residen en la zona de playas que, para acceder al centro de la ciudad, opten por esta misma alternativa o por aquellas que permitan llegar desde la avenida de Dénia o la Vía Parque.

Se trata de viales que, de por sí, registran una gran densidad de tráfico, sobre todo en horas punta. De ahí que los vecinos adviertan del posible caos de circulación a partir del lunes. Desde la Concejalía de Seguridad aseguran que se pondrá en marcha un dispositivo especial para reforzar la presencia de Policía Local en los puntos más conflictivos. En concreto, en las intersecciones de los itinerarios alternativos, como la de la Vía Parque con la avenida de Dénia, la de la avenida de la Albufereta con Dénia o la de Padre Ángel Escapa con Vía Parque. También en la Isleta y a la altura de Sangueta, por ser los extremos de la avenida de Villajoyosa en los que se localizarán los cortes de tráfico. En estos dos extremos se habilitaran los pasos para que los residentes en la avenida de Villajoyosa, que no precisan de una autorización explícita, puedan llegar con sus coches hasta sus urbanizaciones.

El desvío de los autobuses se acompañará de una modificación de las paradas durante el tiempo que permanezca cortada al tráfico la avenida de Villajoyosa, en el que se habilitarán paradas provisionales en la avenida de Dénia, a la altura de Las Brisas; Albufereta números 22 y 44; a la altura de la Isleta; en La Goteta; frente al colegio Calasancio; colegio Jesuitas; y en la avenida de Dénia con Canónigo Penalva.

Las obras, adjudicadas por 686.000 euros a Ecisa, tienen un plazo de dos meses. Tal y como avanzó este diario, pretenden complementar la urbanización de parte de la avenida que acometió el Consell hace un par de años con motivo de las obras del tranvía y las del nuevo sendero peatonal junto al mar al que quedó reducido el macroproyecto de paseo marítimo en la zona. El plan que promueve el Ayuntamiento afectará al tramo de la carretera de la Cantera comprendido entre el inicio del sendero peatonal, junto a la estación de tren de La Marina, y el número 14 de esta vía, donde está el bloque uno del edificio Alacant.

La intención es estrechar los actuales carriles, dos por sentido, para favorecer que los vehículos reduzcan la velocidad. La actuación contempla que, el espacio que se gane, se destine a ampliar las aceras junto al litoral para configurar un paseo que discurra junto a la avenida. Actualmente, tal y como denuncian los vecinos, el tránsito peatonal por algunas zonas resulta peligroso tanto por el estado de las aceras como por su estrechez en algunos tramos y la velocidad con la que circulan algunos vehículos por la avenida.

El proyecto contempla también que los espacios que ahora utilizan los coches para parar se configuren como miradores y zonas de esparcimiento, con la instalación de juegos biosaludables. Desde Tráfico justifican que se trata de un itinerario muy utilizado para hacer deporte. Además de favorecer los espacios peatones se contempla una remodelación de los accesos a la urbanización Rocafel y el hotel Albahía.

Los vecinos creen que las obras mejorarán la zona mientras los comerciantes temen que el cierre al tráfico de la avenida les perjudique, como ocurrió con las obras que mantuvieron la zona patas arriba durante dos años.