Mil toneladas de sal y algo más de dos millones de litros de salmuera, además de 14 máquinas quitanieves y tres vehículos de apoyo. Son los medios materiales que se necesitan para hacer frente a una gran nevada en las carreteras de la provincia más montañosas y de interior, y que ya están preparados a pesar del buen tiempo reinante porque existe un protocolo de coordinación para actuar ante catástrofes meteorológicas de invierno, que se activa al darse por finalizado el riesgo de riadas, como explicó ayer el subdelegado del Gobierno en Alicante, Alberto Martínez.

El subdelegado presidió ayer la

reunión de coordinación de la campaña de nevadas en la red de carreteras del Estado, que afectan especialmente a la A31 desde Elda Petrer hasta Bonete, en Albacete, donde hay nueve silos con sal; y a la A7, entre Castalla y Alcoy, con cuatro silos. El jefe de la unidad de Carreteras del Ministerio de Fomento, Emilio Peiró, dijo que los puntos de interior son los más conflictivos, especialmente en la zona de Alcoy, muy poblada.

Aunque al menos en las próximas dos semanas no hay riesgo de nevada, como confirmó el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad, Jorge Olcina, la Subdelegación quiere tener la respuesta calculada en un dispositivo del que forman parte la Unidad Militar de Emergencias, la Policía Nacional, la Guardia Civil y el subsector de Tráfico, Protección Civil, Generalitat y Protección Civil.