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El placer de ese primer vaso de agua

Los pacientes trasplantados de riñón admiten que la operación les abre una «nueva vida»

El placer de ese primer vaso de agua

«Nadie puede imaginar el placer que sentí al beber mi primer vaso de agua. Fue una sensación indescriptible. El trasplante te cambia la vida. Yo estuve diez años sin orinar, incluso se me llegó a pegar la vejiga después de tanto tiempo sin usarla». Roberto Oliver tiene 51 años y sus dos riñones trasplantados. La primera intervención fue en 1994, tras seis años de diálisis. Pero luego vino lo peor: diez años más de «máquina» para acabar en el segundo trasplante de riñón, en enero de este año. «El segundo tramo con la diálisis fue muy duro, día sí y día no tuve que venir aquí durante diez años. Incluso dejé de trabajar y me compré un piso frente al Hospital General», relata Roberto, que desde hace unos meses es presidente de la Asociación para la lucha contra las enfermedades renales de Alicante (Alcer).

Roberto es uno de los 1.500 pacientes que han pasado por las manos de los profesionales que forman la unidad de trasplantes de riñón del Hospital General. Hace 26 años, en julio de 1988, se realizó el primer trasplante renal en Alicante. Este pasado mes de agosto, se alcanzó el trasplante de riñón número 1.500. Con motivo de esta efeméride, se descubrió ayer una placa conmemorativa en el monolito instalado en el jardín del hospital. Al acto acudió la directora general de Asistencia Sanitaria, Sofía Clar, junto a la presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor. También estuvo presente, entre otros, el doctor Carlos Santiago, coordinador provincial de trasplantes de Alicante.

El experto resalta la importancia del trasplante para pacientes que reciben diálisis. «Para ellos es una liberación, porque pasan de estar en la máquina cuatro horas diarias durante tres días a la semana a hacer una vida normal», explica Santiago, quien resalta otra mejora para los pacientes: la fertilidad. «Es muy extraño que una persona en diálisis pueda tener hijos, ya sea hombre o mujer».

En la actualidad, 150 pacientes de la provincia se encuentran a la espera de un riñón. En Alicante, el tiempo medio para recibir un trasplante ronda los 280 días, mientras que la media nacional se eleva a 730 días. «Y todo por la solidaridad de los donantes y sus familias», subraya el doctor Carlos Santiago, quien ve el trasplante entre vivos como el futuro de la especialidad. «La supervivencia del paciente aumenta un 20% y las personas que donan, debido a las revisiones, están más sanas que la mayoría», concluye el doctor.

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