La actual toma del agua del trasvase Júcar-Vinalopó en el azud de La Marquesa, en Cullera (Valencia), no resuelve el problema ambiental que Bruselas tuvo en cuenta para financiar un tercio de la construcción del trasvase Júcar-Vinalopó.

Así lo ha afirmado en declaraciones a EFE el rector emérito de la Universidad de Alicante Antonio Gil Olcina, al destacar que la UE aportó 120 de los 400 millones de euros que ha costado hasta ahora el trasvase para atender las necesidades hídricas y, especialmente, para resolver el problema ambiental que supone la actual sobreexplotación de los acuíferos del alto Vinalopó.

Gil Olcina ha sostenido que la baja calidad del agua del azud de La Marquesa impide su uso para abastecimiento urbano e, incluso, para regar los cultivos hortícolas de consumo en fresco, por lo que únicamente vale para las explotaciones arbóreas.

A esta poca utilidad se suma que el coste energético de elevar el agua desde la desembocadura hasta el alto Vinalopó es tres veces más caro que si se hiciera desde la cabecera, en Cortes de Pallás, la toma que se planteó inicialmente en el proyecto.

De esta manera, el agua del azud de La Marquesa no evita la actual sobreexplotación de los acuíferos del Vinalopó, de los que se debe seguir extrayendo agua para atender el consumo urbano y parte de las explotaciones agrícolas (hortalizas de consumo en fresco), por lo que el planteamiento que hizo Bruselas para decidirse a costear parte del trasvase queda "desnaturalizado e inviable".

Para Gil Olcina, la única solución para alcanzar el objetivo que la Comisión Europea en torno al Júcar-Vinalopó es acometer la referida toma de Cortes de Pallás, una conexión relativamente barata ya que, según ha calculado, supondría menos del 15 por ciento del dinero hasta ahora invertido en el trasvase.

El experto, que cuenta con más de 200 publicaciones sobre asuntos hídricos en revistas especializadas, ha temido que, cuando la UE revise el cumplimiento de objetivos, determine que no ha sido así y pueda pedir el reintegro de los 120 millones de euros.

"Se ha hecho una inversión de 400 millones de euros en una transferencia que no tiene verdaderamente usuarios. Lo que han hecho es totalmente inviable si no se restablece la toma de Cortes de Pallás, que además no es muy costosa porque lo esencial está ya hecho y únicamente resta la conexión", ha resumido Gil Olcina.

También ha comentado que desde Cortes de Pallás se trasvasaría una cuantía por determinar del excedente del Júcar siempre que los propios regantes de la cuenca cedente y receptora se pusieran de acuerdo. Sin embargo para ello, ha insistido, antes debe existir la conexión desde Cortes.

Ha recordado que a la UE le interesó sobremanera el "serio problema ambiental" que genera la sobreexplotación de los acuíferos del alto Vinalopó, cuyo nivel freático a comienzos del siglo XX estaba casi en la superficie y ahora es preciso horadar a partir de 300 ó 400 metros.

Esto conlleva el riesgo de agotamiento y de deterioro del agua por el contacto con materiales salinos del Triásico, ha argumentado Gil Olcina. Según un informe del Instituto del Agua de la Universidad alicantina, la primera vez que está documentada la petición de agua del Júcar por los regantes del Vinalopó se remonta a 1420, casi seis siglos.

El rector emérito también ha puesto de manifiesto que la agricultura de Alicante es de las más competitivas gracias a la media de 2.800 horas de sol anuales, 1.170 de ellas entre los meses de octubre y marzo, lo que ofrece unas posibilidades de cultivos de regadío "imposibles" para otros puntos geográficos.