La responsable de proyectos de cooperación de Unicef España, Blanca Carazo, alertó ayer en el congreso de que alrededor de 340.000 niños, inicialmente sanos, murieron el pasado año en el mundo por enfermedades diarreicas relacionadas con la falta de agua o la ausencia de instalaciones adecuadas de saneamiento. Carazo recordó que el acceso al agua es un derecho fundamental de todas las personas y, especialmente, de los niños, y ha lamentado que aún en pleno siglo XXI cada día mueran diariamente 1.400 menores de cinco años tanto por su carencia como por un saneamiento adecuado, muchos de ellos por diarreas. Los congresistas tuvieron su cena de gala en el castillo de Santa Bárbara. El congreso continúa hoy con mesas redondas sobre los planes de cuenca, agua y salud, el milagro del agua en Israel, la responsabilidad de la Administración en la regulación del ciclo del agua, El congreso finaliza mañana con una cata de aguas.